- Redacción
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- 2022-09-02 00:00:00
Lo que hace más de un siglo era un territorio árido, sin ningún interés vitícola y paisajístico, hoy es un referente europeo en sostenibilidad, riqueza medioambiental y desarrollo enoturístico de gran valor. Un soplo de esperanza al alcance de cualquiera.
L os últimos mensajes que la naturaleza nos está mandando sobre su salud no parecen ser demasiado halagüeños. Nos resistimos a entender que solo a través del equilibrio entre la actividad del ser humano y los recursos naturales disponibles podremos hacer este mundo sostenible. Pero cuando parece que el modelo de convivencia entre el hombre y el entorno no tiene remedio, a pocos kilómetros de Lleida encontramos uno de los ejemplos más claros de cómo puede haber desarrollo a la vez que se "crea naturaleza". Fue Manuel Raventós el que en 1914 adquirió una finca de 3.200 hectáreas desérticas con el sueño de transformarlas en un reducto natural. A partir de desempeñar una actividad agronómica adecuada, equilibrada y respetuosa a lo largo de los años, ha pasado de ser un territorio inhóspito a convertirse en un preciado lugar para la viticultura y un privilegiado hogar para decenas de especies animales y vegetales. Un enclave delicioso en el que hoy todo el que quiera puede sumergirse en una experiencia enoturística única.
Creando el paisaje
Raimat Natura nos brinda la posibilidad de sentir el latido de una tierra llena de vida. Pero antes, no debemos olvidar que para crear este entorno natural tan fabuloso se ha trabajado muy duro desde los comienzos hasta nuestros días. Para revertir aquel hosco lugar se creó una red de acequias con la que poder activar la fertilidad del terreno. Pronto, la viña plantada comenzó a dar las primeras cosechas y el paisaje fue cambiando de aspecto. Las especies animales aprovechaban aquel oasis para descansar de sus largos viajes migratorios o acudía la fauna autóctona para asentarse allí. Y así, poco a poco, se fue creando un paisaje de excepcional riqueza ecológica, al cual se le han ido aplicando todos los recursos necesarios para convertir la actividad vitivinícola en sostenible, eficiente y cuya huella de carbono tenga el menor impacto posible. Para ello, se trabaja en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono a través del uso de energías renovables, riego de las viñas por gravedad, uso de botellas ligeras...
Remanso evocador
Pero lo mejor de todo es la extensa y magnífica oferta enoturística que se ha elaborado en torno a este refugio natural. Raimat Natura es sinónimo de ecologismo, sostenibilidad, entretenimiento y gastronomía. La belleza del paisaje se puede disfrutar a pie, paseando entre las viñas para descubrir la diversidad ecológica que encierra el viñedo, pedaleando en cómodas bicis eléctricas o en un emocionante viaje en globo (con reserva previa). Cada cual que elija el medio que más le guste para descubrir la viña de Raimat. Aunque, si lo prefiere, hay otras opciones para sumergirse en este refugio natural: desde participar en juegos de orientación o yincanas pensadas para aquellos que quieran sacar a relucir sus habilidades hasta contemplar la gran cantidad de aves presentes gracias a las inmejorables condiciones que allí se dan (zonas húmedas, libres de caza y con alimento asegurado). Así, podemos avistar aves migratorias como el pato cucharón, el porrón australiano o el pato rabudo, pero también rapaces en peligro de extinción como el águila perdicera o el milano real.
Y tras una jornada de auténtica inmersión en el corazón de la finca, nada mejor que ver el atardecer en la deliciosa terraza ubicada sobre las viñas. Además de disfrutar de la paz evocadora del entorno y degustar la amplia gama de vinos de Raimat en un maravilloso Wine Bar, desde el pasado mes de julio podemos deleitarnos con la cocina del restaurante Malena de Gimenells, con una estrella Michelin. El chef Josep María Castaño ha trasladado su discurso gastronómico, centrado en la cocina de proximidad, a Raimat Natura, donde sin duda es posible disfrutar de sus platos más reconocidos en un entorno privilegiado bajo las estrellas.
El valor de la experiencia vivida en Raimat Natura va más allá del placer que produce semejante espacio natural y todas las formas de acercamiento a la idea de protección y mantenimiento del medio vitícola. Es la prueba patente de que se puede crear riqueza y cuidar de la naturaleza a la vez. ¿El secreto? trabajar de su mano, no contra ella.
Bodega Raimat
Passeig Manuel Raventós i Domènech. 25111 Raimat (Lleida)
www.raimat.com
Tel. 973 724 000