• Antonio Candelas
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• 2023-11-02 00:00:00

En su momento os mostramos la maravillosa historia de la finca de Arínzano y su milenaria vocación vitícola. Hoy, nos detenemos en sus tintos, fruto de una mezcla de intuición, inspiración, trabajo y azar. Los ingredientes perfectos para crear arte líquido.

Sabemos que el concepto de terruño en viticultura viene definido por el clima, el suelo en el que están plantadas las cepas, la adaptación de cada variedad al entorno y, por supuesto, el ser humano en todos y cada uno de los momentos de decisión en los que tiene que decantarse por una u otra práctica vitícola o enológica. Conocer los tres primeros elementos para lograr la mayor información y crear una respuesta precisa y adecuada en las labores de campo y bodega es la principal premisa sobre la que trabaja José Manuel Rodríguez, director técnico de Arínzano. La finca en la que tiene que aplicar el concepto de terruño está formada por casi 400 hectáreas, de las cuales un tercio está dedicado al cultivo de la vid. Atravesada por el río Ega y ubicada en las faldas de Montejurra, cada porción de tierra de aquel bellísimo y apacible lugar cumple una misión con la que dar forma al proyecto enológico.

La hora de las tintas
Las condiciones que se dan en Arínzano han sido especialmente generosas con las variedades tintas, con permiso de la blanca Chardonnay, que alcanza unas elevadísimas cotas de excelencia. Tempranillo y Merlot son las uvas que mejor han respondido a las condiciones de la finca, aunque tras su adaptación existe un extenso trabajo de campo para sacar lo mejor de ellas. Mientras que la Tempranillo se cultiva sobre diferentes tipos de suelo, para obtener una Merlot noble, expresiva y con personalidad nos tenemos que centrar en la parte más cercana al río, donde la frescura de los suelos arcillosos es la clave para mantener una buena maduración.
El verdadero secreto de la finca para las variedades tintas se encuentra en la heterogeneidad de cada rincón. La Tempranillo, elegante y enérgica, consigue expresarse así gracias a que está plantada en terrenos calcáreos para dar finura, arcillosos para obtener una frutosidad refrescante y en arenas para dotar a los vinos de verticalidad. Sin embargo, si nos fijamos en la Merlot, plantada en arcillas cerca del río, encontramos en la parcela una parte soleada, otra sombreada y otra más sobreexpuesta, de manera que obtendremos un mix de perfiles en los que encontraremos fruta muy madura y mermeladas, pero también notas herbales y balsámicas, consiguiendo que la parte tánica quede bien domada y sin astringencias. Esta forma de entender la variedad en aquella ubicación tan particular se logra a base de observación, mantener la mente abierta y, por qué no decirlo, con un punto de maravilloso azar.

Ingenio a raudales
La creatividad no debe acabarse en el campo. José Manuel es consciente de ello, y por eso dedica mucho tiempo y recursos a estudiar el comportamiento de las variedades en diferentes materiales y formatos de crianza. Esa es la razón por la que el espacio dedicado al afinado de los vinos es más una sala creativa que un lugar inmóvil y silencioso.
Los cuatro tintos intentan transmitir identidad y sutileza en contextos diferentes, según el vino. Si Hacienda de Arínzano nos regala la cara más frutal de la Tempranillo matizada por detalles de Merlot –que facilita el centro de boca– y Cabernet Sauvignon –que aporta la chispa–, el perfil de La Casona es más complejo y serio, con un equilibrio de matices y texturas excelente siempre desde la finura más que desde la opulencia. Todo lo contrario sucede en el Arínzano Merlot Agricultura Biológica, que nos ofrece la cara más voluptuosa de la variedad con las tres maduraciones capaces de dejarse ver con profundidad y una textura envolvente y voluminosa. Mención aparte merece el Arínzano Gran Vino Tinto elaborado con Tempranillo y creado a partir de cuatro elaboraciones diferentes (pisado, barrica cerrada, barrica abierta y acero inoxidable). 5.000 botellas de un vino complejo, elegante en el que la fruta es madura, pero conserva la frescura. Entre tanto, la crianza está perfectamente ensamblada y los detalles minerales que se aprecian en nariz se hacen realidad en boca a través de una textura noble. Fresco y muy bien equilibrado. Cuatro ejemplos perfectamente dibujados que tienen la habilidad de contar todo lo que ocurre en Arínzano, lo casual y lo buscado.  

Arínzano
Carretera Nacional 132, Km, 3,1
31264 Aberín (Navarra)
www.arinzano.com

Tel. 948 555 285