- Antonio Candelas
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- 2023-12-06 00:00:00
Tan importante es el entorno que rodea a la viña –el suelo de donde las cepas buscan el sustento para desarrollar una personalidad única y la viticultura que las mima– como la interpretación que en bodega se lleva a cabo para que todo cobre sentido.
A unque Finca Monastasia es un proyecto de reciente creación amparado por la D.O.P. Jumilla, ha irrumpido con una energía y pasión tan extraordinarias que a través de las primeras añadas de sus vinos ya han conseguido transmitir el verdadero sabor de la Monastrell en un territorio quizá menos explorado en esta Denominación de Origen: el territorio albaceteño blanqueado por las casas de cal de sus pueblos y el suelo calizo de sus campos.
Hoy en día cuentan con 37 hectáreas, de las cuales 18 son de Monastrell, pero no paran de trabajar para ir adquiriendo o controlando viñas de la comarca de cierta edad y plantadas en altitud. El tándem altitud-suelo calizo es para Juan Santos, director técnico del proyecto, un conjunto infalible a la hora de que esta uva desarrolle su perfil más refinado. De esta forma, mientras el Finca Monastasia Nobel, monovarietal de Monastrell, expresa el perfil más fresco y varietal, el parcelario Finca Monastasia Pie Franco, procedente de una viña vieja plantada en pie franco a unos 1.000 metros de altitud, es un ejemplo de finura y delicadeza.
La Jumilla más caliza
En el corazón de Jumilla, entre los municipios pertenecientes a la provincia de Albacete de Ontur y Fuenteálamo, el terreno calcáreo se convierte en el pilar fundamental sobre el que Finca Monastasia basa su particular interpretación de la Monastrell. Aquí, entre esos horizontes blancos de textura franco-arenosa que definen este suelo singular, la reina de la D.O.P. Jumilla encuentra una manera diferente de expresarse, en la que la finura y la elegancia combinan en proporciones magistrales con la potencia y la concentración. Gracias a la capacidad de retención hídrica y drenaje eficiente de la composición calcárea, confiere a las raíces una base sólida para extraer lo mejor del terruño.
Esta conexión única entre el viñedo y la tierra se traduce en vinos que llevan la impronta de su origen. Las viñas de Monastrell, alimentadas por la riqueza mineral del suelo, se desarrollan con un poderío y una raza inconfundibles. Cada racimo es como una cápsula de matices que capturan la esencia de este entorno calizo.
El secreto de Finca Monastasia desvelado en torno al terruño adquiere más valor cuando desde el proyecto nos avanzan que su viticultura no solo está en pleno proceso de conversión a ecológico, sino que hay un bonito proyecto para llevarla más allá bajo los preceptos de la biodinámica. Un concepto que culminará con la creación de un vivero propio donde preservar la riqueza genética que aún se mantiene entre las viñas viejas de Monastrell de la zona.
Equilibrio en bodega
En Finca Monastasia saben que en bodega solo deben tutelar lo que en el campo se gestó con paciencia y talento. Por eso, el proceso de la crianza en barricas de roble se aborda con la misma precisión con la que un maestro artesano trabaja su obra. Reconociendo la importancia de esta etapa, se adopta una filosofía de moderación. Las barricas de roble, seleccionadas con esmero, actúan como un complemento, afinando en lugar de dominando, permitiendo que la Monastrell mantenga su identidad única adquirida en la viña.
Los tostados contenidos, la utilización de formatos grandes y barricas de varios usos hacen que el roble aporte al vino sus matices sutiles sin arrebatar el protagonismo a la verdadera estrella, la uva. La crianza se convierte en un diálogo entre la fruta y la madera, donde cada barrica es una herramienta para resaltar, no para eclipsar, la expresión natural de la Monastrell.
Paralelamente, los depósitos de hormigón se erigen como guardianes de la autenticidad de la uva. Su neutralidad permite que los matices intrínsecos de la Monastrell destaquen sin interferencias. La fermentación y el reposo en estos depósitos preservan la frescura y los matices frutales, dando como resultado vinos que narran la historia completa del viñedo.
En Finca Monastasia, todo ese equilibrio que se persigue de manera incansable entre la viña y la bodega pronto podrá palparse allí, en vivo, gracias al proyecto enoturístico que están desarrollando y que en los próximos meses será una realidad. Sin duda, una magnífica forma de elevar el carácter de una comarca a través de esa prodigiosa interpretación de la Monastrell centrada en realzar la pureza de su expresión.
Finca Monastasia
Paraje del Cerro Blanco s/n
02652 Ontur (Albacete)
Tel. 624 104 762
www.fm.wine