- Redacción
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- 2025-03-08 00:00:00
La Comunitat Valenciana es una tierra de vinos fabulosos, así que disfrutar aquí del enoturismo se ha convertido en una moda de la que todo el mundo puede disfrutar.
La cultura vitivinícola valenciana ha experimentado una modernización que se debe a varios factores: su gran tradición vitivinícola, el salto dado por sus bodegas, el respeto de sus productores a la tradición y sus viñedos, el clima propicio y, por supuesto, el buen trabajo de enólogos imaginativos de primer nivel. Además de que podremos conocer grandes vinos, en la Comunitat Valenciana disfrutaremos de momentos llenos de vida, de historia, de arte, de amor por la naturaleza y la gastronomía exquisita de sus tres provincias.
Y es que en la Comunitat Valenciana se dan unas condiciones vitivinícolas excelentes para disfrutar del enoturismo en cualquier momento del año. Ahora es más fácil que nunca. Estamos de suerte los enoturistas porque aquí encontramos vinos para todos los gustos: blancos, tintos, dulces, espumosos… y rutas que transitan por municipios ligados de una manera ancestral al cultivo de las cepas en los que los paisajes son estampas idílicas llenas de luz y esplendor, con los viñedos como impresionante telón de fondo.
Podemos estar seguros de que seguir el camino enológico que se despliega en la Comunitat Valenciana, a lo largo y ancho de sus denominaciones de origen protegidas, es una experiencia que nos merecemos.
Enoturismo en la provincia de Castellón
La situación de los viñedos de la provincia de Castellón –entre montañas, pero gratamente influenciados por su corta distancia con el mar Mediterráneo– crea un microclima ideal para la obtención de los mejores vinos. Al recorrer estas tierras, nos daremos cuenta del gran salto que ha dado la actividad enológica en los últimos años y que ha llevado a la I.G.P. Vins de la Terra de Castelló a recoger el importante legado vitivinícola que las familias productoras han custodiado generación tras generación en poblaciones como Vilafamés, Cabanes, Les Useres, Benlloch y la Vall d'Alba. Este trabajo ha concedido a los productores y enólogos la satisfacción de sacar el mejor partido a variedades autóctonas como Macabeo, Embolicaire y Monastrell, junto a otras como Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot e incluso Syrah. De ellas surgen vinos respetuosos con el medio ambiente, de calidad e innovadores. Este arraigo a la zona queda patente en la aparente facilidad con que se consiguen maridajes con la gastronomía típica de la zona: embutidos, carnes ecológicas, ollas, arroces, quesos…
La Ruta del Vino de Castellón va mucho más allá de la cultura vitivinícola. Invita permanentemente a descubrir los parajes de interior y sentirse en contacto con la naturaleza, a que nos dejemos llevar por las tonalidades cambiantes del paisaje y el sosiego que transmiten estas tierras. Y todo entre bodegas familiares, masías, iglesias, murallas y torreones, obras de arte únicas, restos arqueológicos íberos y romanos –como la Vía Augusta y el Arco de Cabanes–, villas medievales, el mejor conjunto de pintura gótica valenciana del Museo Catedralicio de Segorbe o el arte contemporáneo del Museo de Vilafamés. Incluso remontarnos al Mesolítico gracias a las pinturas rupestres de la Valltorta, declaradas Patrimonio de la Humanidad.
En Vilafamés, uno de los pueblos más bonitos de España, se halla una de las bodegas más prestigiosas de la provincia. Allí podremos conocer de mano de expertos cómo obtienen uvas de la mejor calidad. En Viver, la experiencia es doble: enoturística y oleoturística, una mezcla perfecta. Otra localidad que atesora historia y pasión por la viticultura es Sant Mateu, algo que queda reflejado tanto en su Museo y Centro de Interpretación como en la Nave de Elaboración de Vino. El toque especial de esta ruta es que nos adentra por Parques Naturales, como el de Sierra de Espadán, y nos posibilita conocer vinos con esencia de mar
–como sucede en la bodega biodinámica de Cabanes– y otros que comparten espacio junto a olivos milenarios del Maestrat.
Enoturismo en la provincia de Valencia
En la provincia de Valencia, las cosas se hacen bien por partida doble, pues aquí encontramos dos denominaciones de origen protegidas: Utiel-Requena y València, dos modos de llegar a la elaboración de vinos espectaculares, dos territorios que ofrecen al enoturista el doble de experiencias y disfrute. Los campos de viñedos se entremezclan con almendros, campos de trigo y girasoles, olivares. Parajes únicos, recorridos por sierras y valles salpicados por casonas, masías y bodegas que nos permitirán conocer los secretos de la elaboración de sus vinos. Unos vinos, hay que decirlo, que viven un momento de esplendor.
Adentrarse en la comarca de la D.O.P. Utiel-Requena es hacerlo en una de las regiones vitivinícolas más destacables de nuestro país. Además de Utiel y Requena, esta Denominación de Origen Protegida incluye municipios como Chera, Camporrobles, Caudete de las Fuentes, Siete Aguas o Villargordo del Cabriel. Su tradición se remonta al siglo VII a.C. y esa impronta temporal también caracteriza a la gran oferta natural, cultural y gastronómica (paellas, pucheros, arroces melosos, embutidos artesanos...). Dar un paseo por el casco antiguo de sus pueblos o perderse entre sus numerosas aldeas entregadas al cultivo de la vid y jalonadas por bosques mediterráneos es todo un lujo. También tendremos la posibilidad de realizar interesantes actividades de turismo activo en un entorno tan impresionante como el Parque Natural de las Hoces del Cabriel.
La D.O.P. València nos regala la posibilidad de conocer y dejarnos sorprender por sus cinco subzonas vitivinícolas. Cinco regiones con climas y variedades de uva diferentes: Alto Turia, Clariano, Terres dels Alforins, Valentino y Moscatel, que nos conquistarán vino a vino, paisaje a paisaje. Hay que hablar de bodegas centenarias y modernistas, de productores que permiten conocer sus productos autóctonos –como la mistela elaborada con Moscatel en Cheste, Godelleta, Chiva o Turís–, de bodegas situadas en enclaves naturales con un gran valor ecológico –como la comarca de Alto Turia, famosa por sus vinos de altura, elaborados en un entorno natural declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO–, de valles pintorescos con antiguos pueblos nacidos de la viña y que continúan nutriéndose de ella –como Terres dels Alforins, territorio donde se esconden bodegas centenarias consideradas como verdadero patrimonio enológico y que alberga uno de los yacimientos íberos más antiguos de la Comunitat Valenciana: La Bastida de les Alcusses–, sin olvidarnos de la zona del Clariano, donde seguimos las huellas musulmanas en la Vall d'Albaida, por Agullent, Bocairent u Ontinyent. Y por supuesto la ciudad de València, donde disfrutaremos de un enoturismo con un toque más cosmopolita a la vez que podemos conocer el Celler de PROAVA (siglo XIII), considerada su bodega más antigua.
Enoturismo en la provincia de Alicante
La D.O.P. Alicante es prodigiosa en cuanto a su diversidad varietal –Monastrell, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir, Petit Verdot, Moscatel de Alejandría– y el resultado alcanzado con sus vinos, entre los que no podemos olvidar su famoso fondillón. Conocer las comarcas de La Marina Alta, La Marina Baixa, las del Vinalopó, El Comptat o L'Alcoià vale mucho la pena. Al norte encontramos municipios como Alfaz del Pi, Teulada, Moraira y Calpe; la Vall de Pop, con Castell de Castells, Benigembla, Parcent, Alcalalí, Xaló o Benisa. Al sur, en las comarcas del Vinalopó i L'Alcoià, municipios como Algueña, Monóvar, Novelda o Sax. En Novelda nos espera la uva del Vinalopó, única variedad de uva de mesa con Denominación de Origen en España. Podremos visitar fincas con más de 300 años de antigüedad y pasear por sus viñedos ecológicos. En La Marina Alta, entre el mar y la montaña, está la cuna del Moscatel. Xaló descubre al visitante bodegas históricas cuyos bodegueros comparten su experiencia artesanal. En la comarca de El Comtat, nos recibe un territorio que da lugar a vinos de una excelente calidad, entre castillos, campos de cerezos, olivos centenarios y el Parque Natural de la Sierra de Mariola y la Font Roja. Conocerlas supone un viaje apasionante por tierras portentosas y elegantes, como sus vinos, que no defraudan por recibir día tras día el abrazo del carácter mediterráneo. Es preferible conocerlos sobre el terreno, mejor aún visitando sus viñedos, con degustaciones guiadas o visitas a bodegas. Pero sin olvidarnos del patrimonio cultural. Y qué mejor que realizar la Ruta de los Riuraus, visitar monumentos como el Castillo Atalaya de Villena o las pinturas rupestres de la Vall de Pop. Todo lo que haga falta para recibir la fuerza embriagadora de estos municipios y parajes. Y la de su gastronomía. Es tierra de arroces con conejo y caracoles al sarmiento, gazpacho manchego, pastas típicas y de platos tan conocidos como el espencat, el suquet de peix y multitud de arroces.
La oferta enoturística de la Comunitat Valenciana está agrupada en la plataforma www.experienciascv.es, con casi un centenar de experiencias en torno al maridaje de sus denominaciones de origen, todas ellas sorprendentes y enriquecedoras, con seleccionados planes culturales, de ocio, gastronómicos y de turismo activo. Y siempre cuidando hasta el más mínimo detalle y apostando por una forma de enoturismo sostenible y lúdico.
Disfrutar hoy de la Comunitat Valenciana a través del enoturismo es una manera de regalarse toda la cultura vitivinícola de estas tierras de una manera única, relajada y llena de sabores.
Más información:
www.enoturismo.comunitatvalenciana.com