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Tendencia Godello, o esa uva del deseo

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  • Mara Sánchez
  • 2025-03-08 00:00:00

Pero, ¿a qué responde que esta variedad de origen gallego, hasta hace pocas décadas a punto de desaparecer, se haya convertido casi en fenómeno de masas? Algunos, incluso, se atreven a decir que podría desbancar a la Verdejo aparte de pisarle los talones a la Albariño. Es verdad que, si comparamos producciones, la afirmación no se sostiene, pero sí es incuestionable que su presencia en barras y restaurantes va en detrimento de esas dos blancas poderosas. En este contexto viajamos a las denominaciones que elaboran godellos para comentar lo que está aconteciendo y conocer debilidades y fortalezas. El futuro no está escrito, y nunca es oro todo lo que reluce, pero actualmente esta uva vive un momento dulce y son muchos quienes la abrazan, como también son numerosos sus consumidores.


Nadie puede cuestionar a día de hoy que la Godello es la blanca de moda, y con ella sus vinos. En este momento, pedir un godello es estar en la onda, en muchas ocasiones sin tener muy claro qué se está pidiendo, y peor, ni qué se está bebiendo. Pero es lo que tiene el éxito, pocos son los que se atreven a cuestionarlo, y es lo que vive esta variedad desde hace unos cuantos años: un momento de gloria que la ha convertido en deseada por los consumidores y, por esta razón, por tantos elaboradores. Es uva principal blanca en cuatro reseñables denominaciones vitivinícolas (Bierzo, Monterrei, Valdeorras y Ribeira Sacra), si bien en unas ha tenido, históricamente, más peso que en otras. Es el caso de Valdeorras, donde parece que se asientan sus orígenes en la época romana, pero también ha ganado presencia en la Denominación leonesa de Bierzo. Luego, en lo que atañe a Ribeira Sacra y Monterrei, han sido más bien territorios de tintos, aunque en este momento en Monterrei están empeñados en cambiar su historia, pues llevan tiempo arrancando viñedos de uvas tintas para replantarlos de Godello con la vista puesta en lo que está demandando el mercado.
Porque la producción de godellos está limitada, y hasta no hace tantos años la disponibilidad de uva era muy reducida, décadas atrás incluso casi desaparecida. Lo que hace que resulte más interesante el hecho de ser en la actualidad una de las uvas más demandadas, que algunos echan a competir con la Verdejo, si bien la producción que hasta la fecha permite esta blanca castellana está muy alejada de las botellas disponibles de Godello. Aunque su consumo no deja de crecer, por lo que se están plantando viñas allí donde es posible hacerlo. Tal vez es la Albariño la que se puede ver más amenazada por eso de proceder ambas de un territorio común como es el gallego, si bien no se desarrollan en las mismas condiciones.
En lo que sí conviene incidir es en esa historia de supervivencia de esta uva ahora convertida en tendencia. Vinculada con alguna de las cepas que trajeron los romanos a través de Galicia, en el siglo XIX la filoxera estuvo a punto de acabar con ella. Es aquí donde entra en juego en los años 70 el proyecto REVIVAL –REcuperación de VIñedos de VALdeorras–, una iniciativa determinante para la supervivencia de esta variedad, que estaba casi extinta, en la que participaron varios elaboradores de la Denominación orensana a los que entonces casi tildaron de locos y entre los que estaba el propietario de Bodegas Godeval como principal promotor. Fue en 1974 cuando él, Horacio Fernández Presa, entonces jefe de la oficina de Extensión Agraria de la comarca –y tiempo después fundador de dicha bodega–, puso en marcha esta iniciativa en colaboración con un grupo de viticultores que iban a convertirse en "pioneros de uno de los cambios que propició que hoy Valdeorras esté considerada una de las denominaciones con mayor proyección en cuanto a vinos de muy alta calidad". Son palabras de José Ramón Rodríguez, enólogo en bodega Joaquín Rebolledo y, hasta hace poco más de dos meses, presidente de la Denominación. Si bien la tarea no resultó sencilla porque quedaban pocos viñedos, es verdad que esta asociación para la recuperación de la Godello llevó aparejado el renacer de esta zona vinícola gallega donde, además, es hoy la variedad más cultivada por encima de la Mencía, su tinta autóctona y hasta no hace tanto principal en los viñedos de Valdeorras. El trabajo, recuerda Rodríguez, comenzó a partir de algunas cepas sueltas que quedaban en el viñedo muy apreciadas por los viticultores pues, aunque su producción era muy escasa, tenía fama de dar una calidad diferencial. Así arrancó un proyecto que finalmente prosperó, con lo que las cepas que ahora se plantan en la zona orensana proceden de esas antiguas vides. "Aquel proyecto fue vital, y una suerte para quienes hemos venido detrás. Podemos disfrutar de una variedad elegantísima, superfina y que ahora mismo está al nivel de las mejores del mundo". Quien así se pronuncia es Rafael Somontes, director general y enólogo en la firma berciana Dominio de Tares, donde llevan 22 años elaborando su blanco con esta uva.

Cambios en la producción
Con lo acontecido y que repercutió positivamente en los distintos territorios en los que se trabaja esta uva, en Valdeorras pasó de ser variedad residual a auténtica protagonista, con el añadido de que ha colocado en el mercado una serie de vinos que se han ganado el aplauso de la crítica y el beneplácito del consumidor. Porque por allí está dando grandes vinos gracias, también, a los suelos que identifican la zona y que han hecho un tándem perfecto con la variedad. Terrenos identificados por pizarras, cuarcitas y esquistos en los que la Godello ofrece su mejor versión... que luego enólogos de prestigio como Rafael Palacios han sabido interpretar contribuyendo al éxito de Valdeorras (hay que recordar que Sorte O Soro 2020 fue el primer y único blanco gallego con cien puntos de Parker), una Denominación en la que luego tantos otros han puesto y siguen poniendo el foco. Es esto lo que explica la creciente cantidad de bodegas interesadas en incorporar un blanco de Godello a su catálogo, con el atractivo añadido de que algunas casas han logrado situar sus elaboraciones entre las más destacadas del país. Es por todo esto que Valdeorras y la Godello protagonizan una de las historias más exitosas que se recuerdan en el sector vitícola. A lo que es importante añadir que es la única Denominación que exige que sus blancos de Godello lo sean al 100%, es decir, que no puede participar ninguna otra variedad por pequeña que sea su presencia.
En este escenario de éxito se sitúa la reivindicación de la Godello que en los últimos tiempos protagoniza la Denominación orensana Monterrei, entregada de lleno a poner en valor los muchos vinos blancos que están haciendo con esta variedad, sola y acompañada, en un territorio que, vitícolamente, se venía definiendo por sus tintos. Pero esto ha cambiado, e incluso se están arrancando viñedos en favor de nuevas plantaciones de Godello. Vamos, que en Monterrei lo juegan todo a esta carta, si bien desde el propio Consejo Regulador, donde preguntamos a este respecto, ni confirman ni desmienten. Lo que sí afirma Luis Miguel López, director técnico de esta entidad, es que el éxito de sus godellos –blancos con al menos un 85% de esta variedad–, se debe "en gran parte" a la incorporación de "un 15% de variedades autóctonas complementarias (Treixadura, Albariño, Dona Branca, Loureira, Caíño Blanco o Blanca de Monterrei) que muchas bodegas emplean para aportar un carácter distintivo. La Treixadura (con sus notas florales), la Albariño y la Loureira (con sus toques cítricos) y la Dona Branca (que refuerza su perfil afrutado) contribuyen a la complejidad y persistencia en boca de nuestros vinos, haciéndolos especialmente atractivos en el mercado". Junto a esto también pone en valor las condiciones edafoclimáticas del territorio, "pues esto junto al uso de variedades perfectamente adaptadas nos permite elaborar vinos con personalidad marcada, únicos e inimitables. Esa combinación de uvas aporta una mayor complejidad y define la identidad de nuestros vinos".

Relevante en Ribeira Sacra
Entre el sur de la provincia de Lugo y el norte de Ourense, la Ribeira Sacra se extiende a lo largo de las riberas del Miño y el río Sil. Un espacio natural privilegiado, pero una aventura arriesgada para quien tiene que vendimiar, de ahí lo de identificar esta Ribeira con la viticultura heroica. Y una Denominación, esta sí, donde los tintos superan en producción a los blancos, y donde si bien en la actualidad inciden en sus elaboraciones de Godello también emplean un extenso repertorio varietal a la hora de componer sus referencias blancas. Luego, sus suelos del valle del Miño son parecidos a los de origen granítico que dominan la Galicia occidental, con arenas y limos, mientras que en el valle del Sil abundan las arcillas. Como en su vecina Valdeorras, un terroir que marca la impronta diferencial a cualquiera de sus elaboraciones, o al menos esta es la pretensión. Sobre eso hablamos con Fernando González, propietario de Adega Algueira y uno de los primeros en fijarse en la Godello a finales de los años 70, además de pionero en sacar al mercado un godello sobre lías. "Empezamos a recuperarla coincidiendo además con la recuperación de la zona. Me decidí a apostar por ella porque descubrí unas viñas viejas por aquí, de las pocas que quedaban. Ya entonces, en el año 79 u 80, descubrí una uva impresionante que por sí sola puede hacer vinos espectaculares, y en ese momento conozco a Horacio, promotor de REVIVAL, un hombre que se desgañitaba en la zona y entre los vecinos para que arrancasen la Palomino y plantaran Godello, pero no le hacían caso. De hecho, ha sido mucho después, bien entrado este siglo (a partir de 2005 más o menos), cuando ha resurgido con fuerza, y es que todavía algunos siguen dudando de ella". Pero ellos, a día de hoy, ya reúnen unas cinco hectáreas de Godello porque desde que comenzaron con la recuperación no han parado de plantar, "lo que hoy nos viene muy bien tanto para complementar nuestro catálogo de vinos como para atender la creciente demanda de blancos que hay", añade González.
En sintonía con ese consumo, recuerda que la diferencia de los godellos propios –y de la Ribeira Sacra en general–, respecto al resto de los que hay en el mercado responde al lugar en el que nacen. "Yo planto Godello en bancales en la zona de Doade, y en aquellos años 80 el cambio climático no era un problema, por lo que las maduraciones eran menos alcohólicas y frescas. Es la razón por la que la expresión de las variedades en aquel momento no tiene nada que ver con la que ahora encontramos. En cualquier caso, la Godello se ha adaptado de maravilla a la zona porque el vino lo hace el suelo, el entorno, la naturaleza que rodea al viñedo, el clima, el cielo, el subsuelo, de donde proceden todos los aromas, y esto es lo que distingue a nuestros blancos".

En Rueda toca esperar
También González, desde Algueira, se muestra crítico con la pretensión de sacar la variedad de su hábitat –por decirlo de alguna manera– animados por esa creciente demanda de godellos: "Creo que a veces se desvirtúa el futuro de las cosas al cambiarlas de los lugares donde mejor se expresan. Ahora hay interés por plantar Godello en zonas más secas, en Castilla y en otros lugares del país, y creo que nos estamos equivocando, porque trasladar las plantas lo que hace es modificarlas genéticamente, ya que si bien no está muy claro cómo estas uvas llegan a nuestro territorio, lo que sí están es muy bien adaptadas a la zona porque son más que centenarias".
Está en sintonía con el giro de guion que se ha producido en la Denominación vallisoletana Rueda tras el revuelo provocado, a finales del pasado año, con la incorporación de la Godello entre las "variedades blancas secundarias". Un anuncio que levantó ampollas y obligó al Consejo Regulador a defenderse. El argumento principal, y más aclaratorio, es que "es obligatorio utilizar las blancas principales al menos en un 75%", es decir, que tanto la Godello como el resto de blancas que se han incorporado no podrán aparecer en sus blancos de mezcla por encima de un 25%. Claro, cosa bien distinta son los monovarietales de Godello, vinos que seis bodegas ya están haciendo en la zona y que por el momento seguirán saliendo como Vino de la Tierra porque la decisión tomada en Rueda ha sido suspendida desde la Junta de Castilla y León tras un recurso presentado en vía administrativa por la D.O.P. Bierzo, curiosamente vecina de la región. En cualquier caso, esta acción ha provocado, por ahora de forma provisional, la suspensión de la Godello entre las variedades admitidas en Rueda mientras la Administración estudia ese recurso. Mientras, voces acreditadas nos han dicho que ambas partes ya han sido convocadas a mantener una reunión para llegar a un acuerdo, aunque por el momento nada se ha producido.
Es verdad que la incorporación de la Godello a su pliego de condiciones ha tenido voces en contra, tanto fuera como dentro de la D.O.P. Rueda, y es que podría decirse que se estaba metiendo al enemigo en casa y algunas bodegas estaban viendo la amenaza, pero eran más los partidarios de su llegada por la oportunidad que les brindaría en los mercados. Pero de momento toca esperar a lo que decida la Administración si la mediación no llega a buen término.
Mientras, también fuera, se escuchan voces de peso que no manifiestan temor alguno a que la competencia crezca. Es el caso de José Ramón Rodríguez, enólogo en Valdeorras, Denominación de la que ha sido presidente, como antes recordábamos. En su opinión, "las variedades no son propiedad de nadie y creo que es una polémica un tanto estéril. Es un hecho que la Godello es de Valdeorras, con una media de edad superior a la de cualquier parte, y que nuestros suelos (pizarra y granito fundamentalmente) y nuestro clima atlántico no se pueden imitar. Solo la combinación de estos tres factores va a dar el perfil y la tipicidad de un auténtico godello. Por eso, habrá imitaciones pero solo hay un godello auténtico".

En la frontera leonesa
Ese godello auténtico que refiere Rodríguez parece tener cosas en común con los blancos que se elaboran en Bierzo, la comarca leonesa que linda con el territorio gallego, por lo que comparten bastantes similitudes, o al menos más que con el resto de la región castellana. Tal vez puede ser una de las motivaciones para activar el recurso administrativo, aunque esto entra en el terreno de la especulación. Lo que no admite negación alguna es que Bierzo y Valdeorras se ubican en la cuenca del Sil y tienen en la pizarra uno de sus elementos identitarios. Y son esos suelos, además de la altitud del Bierzo Alto, lo que identifica a los godellos que proceden de este territorio. Para Rafael Somontes, máximo responsable de Dominio de Tares, son los puntos clave de su godello, que elaboran desde 2003 y con el que buscan reflejar las señas de identidad de esa zona en la que nacen sus viñas. "Porque esa altura y los suelos hacen que los vinos tengan un carácter austero, ácido, incluso a veces con un pequeño toque reductivo, sobre todo cuando son jóvenes". Luego, más allá del buen momento que vive la variedad y por ende sus vinos, Somontes sí cree que a la Godello berciana le queda recorrido, en el sentido de mostrar más de lo que actualmente ofrece. "Las plantaciones más modernas datan de los últimos 25 o 30 años por lo que considero que tenemos margen de mejora. Para lograrlo, tal vez lo primero sería cambiar en la Denominación la normativa que permite hacer godellos en los que esta uva representa el 85% y el resto son otras. Si fuéramos a monovarietales 100%, los bercianos pegarían un salto de calidad bestial". Dicho esto, también añade que todavía están aprendiendo sobre la variedad: "Aunque aromática, su piel es muy fina y delicada, con lo que casi todos los años le afectan o enfermedades fúngicas o el sol las quema, por lo que tenemos que aplicarle una viticultura bien distinta que la que hacemos con la Mencía (que es más resistente). Así no perderemos tantos kilos en las cosechas, además de conseguir productos de más calidad, mejor uva, más cantidad de kilos y, por ende, precios más competitivos. Y luego igual en la bodega, tenemos que aprender a tratar la Godello como requiere, porque es muy distinta de otras blancas. En este sentido hay que ser más sutiles con la barrica para que la acidez esté más presente, se perciba ese terruño y la nota mineral. En definitiva, por supuesto que la Godello tiene recorrido y con los años y la experiencia podremos afinar mucho más el tiro".

Virtudes, atractivo, potencial
En general, los vinos de Godello resultan delicados, aromáticos, con volumen, muestran una buena acidez, son habituales las notas de flores blancas y hierbas aromáticas junto a los aromas cítricos y de manzana, además de la mineralidad propiciada por los suelos en los que nace y compartidos allá donde la elaboran. Luego, se puede entender con la madera si esta se trata con la sutileza necesaria para asegurarle capacidad de envejecimiento. En esto incide el elaborador José Ramón Rodríguez, enólogo de Joaquín Rebolledo (Valdeorras) cuando le preguntamos sobre el éxito de los vinos de Godello. "La tipicidad, la frescura, la boca amplia pero delicada… Son muchas las virtudes de nuestros vinos desde el respeto a la tierra y la variedad. Pero además también buscamos elaboraciones que permitan comprobar que estos vinos tienen un potencial de envejecimiento a la altura de los grandes vinos de Europa. Y no dudo que el consumidor y el tiempo nos colocarán como uno de los blancos de referencia en cuanto a calidad". Una opinión compartida por el propietario de Algueira, en su caso desde la Ribeira Sacra. Para Fernando González, a esta uva le espera un gran futuro "porque tiene mucha identidad, no hay ninguna en el mercado que ofrezca vinos como los de Godello. Es superglicérica, muy cítrica, sin olvidar la mineralidad que le imprime el terroir".
Más allá de sentimientos apasionados, bien justificados, Rafa Somontes reconoce otros factores que considera que han influido el exitoso momento que viven los vinos de Godello: "Uno de ellos es la bajada del valor percibido, en cuanto a calidad, de los verdejos de Rueda, al tiempo que los albariños gallegos subieron mucho de precio en los últimos años, al menos para un copeo regular, y en ese escenario la Godello ha encontrado su hueco, un vino con calidad a un precio que se considera razonable. Y luego la variedad es fina, noble, puede dar grandes vinos, afrutados, con acidez, refrescan... sin olvidar que el cambio climático ha favorecido el consumo de vinos blancos porque tenemos más meses de calor. Una tendencia de consumo que ha beneficiado a estas variedades incipientes, y por eso este crecimiento tan explosivo de la Godello en los últimos años". Ahora queda por saber qué pasará en el futuro a corto o medio plazo, pero ese está por escribir y de nuevo serán otros tantos los factores que lo condicionen.