- Antonio Candelas
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- 2025-03-27 00:00:00
Hay familias bodegueras cuya humildad y capacidad de trabajo son capaces de encoger el alma en tiempos en los que la exposición y la apariencia gobiernan nuestro día a día. Esos valores atemporales son los que definen a Bodegas Martínez Lacuesta en este merecido aniversario.
Y es que el terruño no es solo suelo, clima y vid; es memoria, tradición y espera. El tiempo, con su cadencia serena, moldea la esencia del viñedo, lo arraiga al territorio y lo transforma en legado. En este proceso, la figura del enólogo se erige como un puente entre pasado y futuro: un artista que descifra cada añada y traduce el carácter irrepetible de la uva en vinos que desafían al tiempo. Porque en Martínez Lacuesta saben que el tiempo no es solo un factor: es una filosofía, una necesidad insustituible. Es la clave para entender el vino en toda su grandeza.
Afinadores de vino
Hablar de Martínez Lacuesta es hablar de una forma diferente de elaborar vino. Su forma de entender esa alianza con el tiempo se centra en conseguir texturas finas, elegantes, precisas y sin fisuras, pero sin arista alguna. A lo largo de 130 años, la bodega ha perfeccionado sus estilos de guarda, tanto en barrica como en botella, buscando siempre el equilibrio perfecto entre estructura, aroma y textura. No se trata solo de hacer vino, sino de acariciar el paladar de quienes lo degustan para crear un recuerdo inolvidable. Y para ello el afinado es el secreto.
Quizá por eso, cada visitante que cruza sus puertas siente que está entrando en un espacio donde la delicadeza y el equilibrio son protagonistas. A veces ocurre que una bodega, por su historia, se convierte en antropología del vino, y Martínez Lacuesta es una suerte de templo de los vinos finos de Rioja, con una identidad propia que solo el tiempo puede otorgar. Sabedores de ese compromiso con el pasado y esa responsabilidad con el futuro, trabajan constantemente para encontrar ese equilibrio delicado y precioso para seguir transmitiéndolo en tiempos venideros.
Entorno que reconforta
El nuevo espacio enoturístico de Bodegas Martínez Lacuesta es una ambiciosa declaración de principios: elegancia, historia y vanguardia se entrelazan para rendir homenaje a 130 años de pasión por el vino. Con un diseño que evoca la brillantez y delicadeza de sus creaciones, esta renovación, con la Sierra de Toloño como invitada de excepción, es un tributo a la herencia de una familia que ha sabido evolucionar sin olvidar el valor del camino andado. Líneas puras, colores luminosos y una atmósfera envolvente convierten el espacio en un escenario donde el vino es protagonista absoluto para guiar al visitante en un viaje sensorial inigualable.
Esta celebración del legado no podría entenderse sin una serie de experiencias en bodega a la altura, concebidas para fusionar el vino con el paisaje y la tradición con la innovación.
Pero el espíritu de Martínez Lacuesta va más allá de sus propios límites. Su selección vinícola trasciende Rioja para convertirse en un verdadero templo del vino. Vinos espumosos, de Jerez y algunas otras denominaciones legendarias se pueden encontrar en esta catedral del buen beber que invita a los visitantes a explorar y rendir culto a la diversidad enológica mundial. Una experiencia que no tardará en convertirse en una auténtica peregrinación por la grandeza de la viticultura y que está llamada a ser un referente en la zona.
Y en esta bodega donde el tiempo es el mejor aliado, el futuro se abre camino con respeto y audacia. Pronto, Martínez Lacuesta presentará un nuevo vino: un tinto de una parcela centenaria cercana a la bodega, cuya añada 2022 verá la luz como un homenaje a Félix Martínez Lacuesta, un visionario cuyo espíritu continúa impregnando cada botella, un referente que, 130 años después, sigue inspirando y emocionando. Un legado que no solo se mantiene, sino que se fortalece y se proyecta hacia el porvenir con la misma pasión que en sus comienzos.
Bodegas Martínez Lacuesta
Paraje Ubieta, s/n
26200 Haro (La Rioja)
Tel. 941 310 050
www.martinezlacuesta.com