- Redacción
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- 2013-02-01 09:00:00
Territorio fronterizo, agreste, complejo y bellísimo es la orilla española del alto Duero, o Douro, la que mira a Portugal desde pueblos de Zamora y de Salamanca, donde se bautiza distintamente como los o las Arribes.
El río ha cincelado desde el principio del tiempo un cañón que es el eje del paisaje, con tramos donde se dibujan pendientes y terrazas de cultivo y otros en que los farallones se elevan del agua al cielo o el agua se desploma, como en el espectáculo único del Pozo de los Humos, en Pereña de la Ribera. Como su afluente el Tormes, el Duero desciende en este corto espacio desde casi 800 metros de altitud hasta poco más de 300. Veloz y encañonado propició una sucesión de presas, de hasta 200 metros de altura de muro, para aprovechamiento de la energía hidroeléctrica: la portuguesa Bemposta y aquí la Almendra, Aldeadávila y Saucelle.
El paisaje, agua y vino
Y lo más sorprendente es que el brutal contraste de la obra humana y la naturaleza salvaje forman una unidad que desde hace 10 años se reconoció como Parque Natural.
El suelo granítico y pizarroso, y la escarpada geografía se acomodaron más al sufrido vino que al pan, y gracias a un prodigioso microclima sorprenden aquí y allá rodalitos de cultivos mediterráneos, almendras, naranjos... Todo ello ha dibujado una Denominación de Origen muy original, con cepas que apenas producen kilo y medio de uva y, sobre todo, de variedades autóctonas: Juan García, Rufete, Bruñal... Se completan con Tempranillo y Garnacha, y para blancos con Malvasía, Verdejo y Albillo. La denominación agrupa apenas una docena de bodegas y 800 hectáreas inscritas de las 5.000 plantadas. Eso da idea de que aparte de las cooperativas, buena parte se dedica aún al consumo doméstico y a elaboraciones artesanales tradicionales, tanto como las propias bodegas, excavadas en roca bajo las casas o en laderas.
El río obliga a vueltas y revueltas para recorrer los Arribes, de Moralina a Sobradillo, y sus tres centros vitales: la arquitectura de Fermoselle, los miradores de Aldeadávila y los pozos de Pereña. Habrá que echar pie a tierra para llegar a los rincones más impresionantes y recorrer otros en barco o en piragua, sin prisa, con los ojos y los oídos atentos a una riqueza de flora y fauna que pervivió a la despoblación. El desarrollo actual en Centros de Turismo Rural y en las magníficas Haciendas-Bodega es la apuesta para la conservación.
C.R.D.O. Arribes
Pereña de la Ribera
www.vinoarribesduero.com
Promueve visitas a bodegas y catas en establecimientos hosteleros. Con la Ruta Internacional del Vino Vinduero-Vindouro acaban de convocar su concurso anual de Vinos de la Península 2012.
Centro de Turismo Rural
Marqués de Liseda (Fermoselle)
www.mliseda.helcom.es
Casa Rural de 7 plazas y alojamiento de 21 habitaciones, con oferta, entre otras, de actividades de gastronomía y enología, vendimia, cata, quesería...
Casa del Parque
Castillo de Sobradillo
www.patrimonionatural.org
Centro de interpretacion del Parque Natural
Hacienda Durius
Carretera Fermoselle Km. 56
www.haciendas-espana.com
Espléndida bodega y paisaje, abierta al enoturismo. Alojamiento en Hacienda Unamuno, alojamiento de aires neomudéjares en una espectacular finca de 70 hectáreas de viña y olivo.
Venta de los Arribes
Sayago
www.laventadelosarribes.com
Restaurante especializado en los productos de la zona, sobre todo la ganadería: ternera, cordero, caza... pero también hortalizas, quesos y bodega de vinos locales.
Recorrido fluvial
Playa del Rostro (Corporario)
www.corazondelasarribes.com
El crucero comentado y sobrevolado por las águilas recorre el Duero encañonado hasta la presa de Aldeadávila.Tambien en piragua.