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L as saludables y aromáticas Peras de Rincón de Soto son únicas en su especie, nacidas de las fértiles y bellas tierras riojanas. Ya en la Corte de Felipe V las consideraban un bocado exquisito, y fueron las primeras en ser distinguidas con una Denominación de Origen Protegida (en el año 2002) debido a su extraordinaria calidad. Sus peculiaridades se deben en gran parte a las características de la zona de producción, que abarca 1.145 hectáreas repartidas en 28 municipios: Rincón de Soto, Aldeanueva de Ebro, Alfaro y Calahorra fueron los primeros en acogerse a la D.O.P.; a los que se sumarían otros 24. La singularidad climática de estos territorios riojanos influye directamente en la naturaleza de la fruta, que es más grande, verde, jugosa, dulce y alargada que otras peras de este tipo (la D.O. ampara las variedades Blanquilla y Conferencia). Las frutillas crecen rápido debido a la ausencia de heladas primaverales y a los templados inicios del verano; a medida que avanza, el contraste térmico entre los calurosos días y las frescas noches se intensifica, lo que produce una mayor concentración aromática y de azúcares. Las nieblas de la zona también influyen directamente sobre el fruto, provocando la aparición de sus inconfundibles manchas russeting y una rugosidad especial en la piel. Como indican desde la D.O., "esta oxidación natural es muy valorada". En la última campaña se vendieron 13.445 toneladas de unas peras tan especiales que hasta cuentan con una fiesta propia –las Jornadas de Exaltación de la Pera– el último fin de semana de septiembre en Rincón de Soto, con talleres y un concurso de recetas. Por cierto, no os perdáis las divertidas fotos de su web, www.perasderincondesoto.com, ¡hay hasta una pera prisionera!
