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Solomillo ibérico con tintos

  • Redacción
  • 2004-04-01 00:00:00

El cerdo es un alimento que en determinadas culturas y épocas históricas ha sido una tabla de salvación para suplir las deficiencias nutricionales del ser humano. Todas las razas de cerdos domesticados que se explotan en la actualidad derivan de dos grandes grupos: el jabalí de la Europa Noroccidental y Alpina y el indochino. Del primero desciende el cerdo ibérico, el protagonista de esta armonía. Se encuentra en ciertas regiones andaluzas y en las dehesas de Extremadura y la Meseta, procedente de la cuenca mediterránea y el continente africano. En la alimentación de las piaras ibéricas se diferencian distintas fases. La más decisiva es la del “cebo”, etapa última del engorde que determinará las características organolépticas y nutritivas de la carne final. El solomillo ibérico es una de las piezas de gran consumo en fresco. Por su escaso contenido graso no se emplea para la fabricación de embutidos. Es tierno y especialmente delicioso. Además, es una de las carnes más versátiles, apta para elaborarla a la brasa, rellena, asada o guisada, y una de las más importantes fuentes de proteínas de las que disponemos. Para acompañar a esta joya ibérica y sacar partido de sus cualidades sápidas, proponemos una variopinta gama de tintos de maceración carbónica cosecha 2003, procedentes de Almansa, Madrid, Rioja, Somontano, Utiel-Requena y Valdepeñas. Vinos carnosos, con cuerpo, de espléndida frutosidad en nariz y un paso sabroso, en ocasiones goloso, cualidades que combinan con destreza con la textura y finura del solomillo. NUESTRA SELECCIÓN: Ágora 2003 Arúspide, S.L. Frutoso: grosella, mora, flores. Dócil, goloso, de fácil paso y final amargoso que realza su continuidad. Arabarte Tempranillo ‘03 Arabarte. Zarzamora, grosella. Suculento, con cuerpo, lleno de matices que se dilatan gracias a la excelencia frutal. Las Lomas 2003 Bodegas Murviedro. Color cardenalicio muy vivo. Derrocha aromas de frutillos rojos muy potentes. Paso de boca ligero, buena acidez y un final grato. Tapón de Oro 2003 Ricardo Benito. Irradia madurez y se nota maestría en su elaboración final. Notas de mermelada y cacao. Sutil, con esqueleto y armonía de conjunto. Viña Atalaya 2003 Agro Almansa. Aromas muy claros de violeta, fresón de poderosa intensidad. Equilibrado, ágil en su paso, con riqueza aromática final. Viñas del Vero 2003 Viñas del Vero. Buena definición de su perfil aromático: flores, frambuesa. Suculento, persistente acidez con un recorrido de boca afable.

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