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Pez espada con tintos roble

  • Redacción
  • 2006-11-01 00:00:00

El pez espada (Xiphias gladius) perteneciente a la «familia» de los pescados azules, es bastante conocido y apreciado desde la antigüedad. En muchas pescaderías, antes de que fuera obligatorio el etiquetado de los pescados, se vendía el emperador con el nombre de pez espada. Incluso muchos creen que son dos formas de llamar al mismo pez, pero no es así. De hecho, el emperador es otra especie (Luvarus imperialis), y muy diferente. Lo podemos encontrar en el mercado durante todo el año, aunque su mejor temporada es la que va de septiembre a marzo. Aparte de venderse fresco, es fácil encontrarlo congelado (en filetes). Aunque, a veces, se descongela en la pescadería, donde luego se vende fresco. Últimamente también se puede encontrar ahumado, ideal para preparar unos originales aperitivos. Es una especie muy valorada en las regiones mediterráneas. Tiene la ventaja de que sus espinas se eliminan con facilidad, y la calidad de su carne, de intenso sabor y aroma, admite un buen número de preparaciones. Pero lo mejor es cocinarlo de manera sencilla, sin demasiados condimentos y salsas que puedan enmascarar su auténtico sabor. A la parrilla, a la plancha o al horno resulta muy sabroso, si bien hay que tener la precaución de no guisarlo demasiado para que su carne no se reseque, y resulte dura. Para asombro de algunos, un pescado no siempre nos pide un vino blanco como acompañante. El pez espada, al ser un pescado semigraso, de carne fina, sabrosa, tierna y musculosa, admite estos tintos roble de la Ribera del Duero, cuyo aporte de taninos restará esa sensación grasa al plato. BALBÁS BARRICA 2005 Balbás. El paladar está muy trabajado, con los taninos fundentes, grasos y un final brillante que recuerda los arándanos y los fresones. BRACAMONTE 2004 Grupo Yllera. La añada marca la profundidad frutal, aleja el roble y domina en todos los aspecto. Embalsama el paladar de fina grosella y especias. CONDADO ORIZA ROBLE ‘04 Pagos del Rey. Además de la fruta tiene un toque floral muy interesante que se funde con las notas de fina vainilla. Goloso y muy envolvente. LA PLANTA 2005 Arzuaga Navarro. Cargado de fruta negra y buenas maneras que se desbordan por la copa. Es un remanso de carnosidad, estructura y longitud. LUZMILLAR ROBLE 2004 Lleiroso. Una apuesta segura. La base frutal es de órdago, con un punto de confitura excelente. Muy carnoso, envolvente y refinado. RESALTE VENDIMIA SELECCIONADA 2005 Resalte de Peñafiel. Se nota la estricta selección de la uva, sus aromas cristalinos, la prudencia de madera. El conjunto camina por sí solo. Un placer.

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