- Redacción
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- 1997-03-01 00:00:00
Identificado en España con la más popular de las gastronomías, el arroz es oriundo de la India y China, donde era consumido hace ya más de 3.000 años. Hoy todavía constituye su alimento principal, lo que llevó a sentenciar al gran Confucio que “una cocina sin arroz es como una hermosa mujer sin un ojo”. Y es que los granos de la “Oryza sativa”, que tal es el nombre de la especie en latín, encierran un tesoro gastronómico insuperable. Porque no sólo es nutritivo, sino que posee en grado sumo la más inestimable cualidad culinaria: la capacidad de encerrar en su corazón albuminoso toda la riqueza sápida de los ingredientes con los que ha sido cocinado, y la esencia aromática de su condimento. De ahí que el arroz sea el manjar más versátil y acomodaticio de todos: casa a la perfección con cualquier ingrediente, desde el más refinado marisco hasta la carne más sustanciosa, pasando por todo tipo de pescados o sencillos productos del campo y la huerta. .
Por eso resulta lamentable que tan increíble manjar se reduzca casi al la inevitable “paella”. Porque en nuestro país existen numerosas fórmulas de preparar arroz, algunas tan originales como acreditadas por la historia y la cultura, Prácticamente todas las regiones tiene su arroz: santanderino con salmón; arroz en cazuela con pata de cerdo en Zamora; “empedrado” con bacalao y judías blancas en Castellón de la Plana; habas y arroces se juntan en los “michirones” murcianos; y sin son alubias y nabos, pues eso: “arros amb fesols y naps” de Tarragona. En fin, calderetas, “arros negro” con tinta de sepia, “arros al for”, “a banda” o el mentado “amb costra”; todos ellos encabezados por la reina, la ortodoxa “paella” valenciana seguida de su cohorte: huerta, marinera o mixta. Todos ellos elaborados con nuestros magníficos arroces “bomba” de Calasparra, Sueca, Cullera, o los no menos exquisitos del Delta del Ebro, y acompañados con un rosado fresquito y afrutado de Cataluña, Navarra, Mancha, o País Valenciano, a base de garnacha, tempranillo, cabernet sauvignon o merlot según el tipo de arroz, tan buenos y oportunos que parecen nacidos para amarse.
BARBARA FORES 1996
Celler Bàrbara Forés.Terra Alta.
De subido color carmín, brillante. Los frutosos aromas son potentes y muy originales. En boca es estructurado y elegante.
LAS CAMPANAS 1996
Vinícola de Navarra. Navarra.
Invita a beber un bonito color rosa pálido y de nítidos aromas varietales. Muy armónico en boca, fresco y con una frutosidad natural en los retronasales.
GRAN CAUS 1996
Can Rafols dels Caus, S.L. Penedés.La intensa frutosidad de sus aromas (frutillos rojos) y notas mentoladas, junto a la gran estructura que muestra en boca le sitúa otro año más entre los grandes.
VIÑARROYO 1996
B. San Jorge. Ribera del Duero.
Con un color de rosado moderno y unos aromas muy frutosos y limpios, carnoso y equilibrado, es uno de los recuperados de la Ribera del Duero.
VIÑA SACEDÓN 1996
Coop. Viña Sacedón. Mondéjar.
Muy delicado, tanto en su color rosa pálido como en los aromas limpios primarios. De vivo y agradable paso de boca. Una agradable sorpresa.