• Redacción
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• 1999-06-01 00:00:00

Nuestra huerta está llena de variedades de la ensalada tradicional a base de lechuga, tomate y pimiento verde, bien sazonados con sal, aceite y vinagre. Junto a la tradición, los avances culinarios han logrado notables éxitos combinando diversas hortalizas, verduras e incluso hierbas silvestres en preparaciones gloriosas. Y no sólo eso: pescados, pastas e incluso el foie han aparecido en las ensaladas.
Sin embargo,la lechuga es su elemento primordial. Las variedades son cuantiosas: alargadas, rizadas, verdes o con crestas moradas, cada una con su sabor característico. Para los amantes de lo amargo las escarolas y las endibias proporcionan un placer especial. Las primeras son jugosas y producen en el paladar un cosquilleo agradable. Hay quienes las aliñan con aceite y vinagre y quienes lo hacen con granos de granada, o al estilo de ciertos pueblos de nuestro sur, con tomate muy triturado y comino.
Verduras las hay silvestres y deliciosas como las hojas del Diente de León, recolectadas cuando son jóvenes y tiernas. O los berros, que crecen en las orillas de los riachuelos de los altos ventisqueros o montañas; bien lavados y limpios son bocado excepcional. Lo mismo sucede con las corujas o berros más pequeños, planta más delicada y sabrosa. Otra opción son los cultivados canónigos. Las posibilidades se amplían con los cardillos que, bien limpios, para lo que se necesita paciencia, son un buen manjar. Acederas, hinojo, ortigas son parte de la cocina silvestre con la que se pueden preparar estupendas ensaladas. No queda ahí todo. Tomates de diferentes tamaños y sabores, cebollas y cebolletas, aceitunas, bonito, pepino y un sinfín de hortalizas de la huerta pueden servir para preparar tan rápido, agradecido y dietético plato, que con los calores refresca como pocos la mesa.
Y, con todas ellas un buen blanco, sea joven o con crianza, porque los taninos se llevan mal con la verdura.

MALVASIA EL GRIFO 1997
Color amarillo dorado, tonos verdosos. Muy frutoso, con notas exóticas. En boca es pura viveza, frescor y equilibrio.

VIÑA BERCEO 1998
De color amarillo pajizo, brillante. Es muy aromático, con notas de fruta y madera bien hermanadas. Sabroso, amplio, con un regusto final goloso y amargo que deja un buen recuerdo.

VIÑA CANTOSAN 1998
Amarillo dorado, en nariz es uno de los más potentes y aromáticos, aunque está todavía por hacer. Es sabroso y glicérico, con cuerpo. Mejorará mucho en los próximos meses.

RENE BARBIER 997
Atractivo color amarillo, cristalino. Los aromas frutosos se han fundido perfectamente con los lácteos, los especiados o los tostados. Es untuoso y largo, potente y profundo.

CASTILLO DE MONJARDIN 1995
Un color amarillo dorado da la pista de su crianza, así como los complejos aromas de su buqué. En boca resulta suave y amplio, y de una gran elegancia.

GANDÍA RES. CHARDONNAY 1996
De color amarilllo pálido, brillante. Destacan en él limpios aromas de fruta, piel de cítrico y notas especiadas. Sabroso y equilibrado, es un vino en el que destaca su afinado conjunto.