- Redacción
- •
- 2001-01-01 00:00:00
Es el momento del “rey de la fiesta”. Si hemos conseguido salir con salud de los excesos navideños, todavía nos queda una última delicia y un último brindis con los Reyes Magos. Porque con los regalos para todos, buenos o traviesos, viene el postre de un buen Roscón de Reyes.
Este dulce tradicional, tan ligado hoy a la Navidad, tiene, sin embargo, un origen pagano. El Imperio Romano celebraba la llegada del año nuevo el 1 de marzo. En aquellos tiempos, desde mediados de diciembre hasta finales de marzo tenían lugar las fiestas de invierno, durante las cuales Roma festejaba la protección de sus dioses. Años más tarde, la Iglesia logró cristianizar esas fiestas paganas superponiendo la fecha del nacimiento de Cristo al solsticio de invierno. Con motivo de aquellas fiestas se elaboraban unas tortas redondas hechas con higos, dátiles y miel que se repartían entre plebeyos y esclavos. En su interior se introducía un haba seca, como símbolo del cuerpo de Jesús, y al afortunado al que tocaba la legumbre era nombrado “rey de reyes” durante estas fechas.
Hacia el año 1000 la Iglesia había logrado transformar el espíritu primitivo de la fiesta de tal modo que en diversos lugares de Francia la figura del “rey haba” recaía sobre el niño más pobre de la ciudad. La costumbre del pastel de Reyes se popularizó en España con Felipe V, quien importó esta tradición como culminación de la Navidad, aunque desprovista de todo simbolismo.
Hoy los Roscones de Reyes pueden llevar dentro crema, nata, chocolate, mil y una delicias de la repostería. Son sabrosos, esponjosos, como un gigante bollo de leche circular decorado con tiras de fruta dulce. Sea cual sea la versión que elija, para beber les proponemos un acompañante original, refrescante y muy digestivo: un espumoso dulce.
Insuperable
Canals & Munné.
Muy buen aspecto, con la burbuja expresiva y constante. Dominan los aromas de fruta y tonos de pastelería; muy limpio. Es agradablemente dulce, fresco y nada empalagoso.
Gramona de Postre
Cavas Gramona.
Amarillo dorado y con la burbuja sorprendentemente pequeña. Hay un toque de manzana nítido y un recuerdo de piel de cítrico genial. Agrada su cuerpo y buena cremosidad en boca.
Castellblanch Rosado
Castellblanch, S. A.
El color es muy vivo, los aromas limpios, recuerdan a la frambuesa y la granada madura, también se percibe un toque anisado; crea muchas expectativas para dejar una burbuja exagerada.
PARXET CUVÉE DESSERT
Parxet.
Bello color rosa cobrizo, con espuma muy pequeña y continua. Aromas golosos, a pastelería, franco y moderadamente dulce, con un final ligeramente amargoso que le aporta un toque de distinción.
albet y noya DOLÇ DE POSTRE
Albet i Noya.
Amarillo pajizo, con fina burbuja y espuma consistente. Tiene un aroma franco, con un fondo levemente amielado, heno y recuerdos de frutas compotadas. Dulzor moderado por la acidez, y excelente retronasal.