- Redacción
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- 2002-09-01 00:00:00
La cabra ha sido uno de los primeros animales domesticados por el hombre. Pero no sólo ha utilizado su carne y su leche para alimentarse, y su piel para proporcionarse abrigo, sino que ha sido una protagonista importante en la mitología de los pueblos. Además de simbolizar la virilidad y la energía, y sus cuernos representar la riqueza, su carne figura desde hace mucho tiempo en el recetario tradicional español.
Aunque siempre se ha dicho que su carne es muy dura y poco sabrosa, de escaso atractivo culinario, hay dos ejemplares que desmienten ese comentario tan generalizado: el cabrito y el chivo. El cabrito lechal es la quintaesencia. Es el más comúnmente consumido en España. Este animal joven, que ha sido alimentado sólo con leche durante unas cuatro semanas, posee una carne tierna, melosa y plena de sabores.
En muchas regiones se componen infinidad de platos con este animal, por lo que en esta armonía vamos a combinar el Cabrito al Caballín, receta típica de la zona de Zamora, con una selección de tintos jóvenes. Trozos pequeños de cabrito fritos en aceite de oliva sobre los que se echa una mezcla compuesta de sal, pimientos, ajos crudos, orégano, miga de pan, vinagre, el hígado rehogado del cabrito y un poco de agua, tras lo que se cuece a fuego suave durante unos minutos. Este plato es ideal para acompañarlo de unos vinos con mucha personalidad, frutales e intensos. Una completa gama de tintos repletos de sensaciones, cuya fragancia denota su juventud y frescura. Con cuerpo medio, sabrosos y de equilibrada acidez.
Terra do Gargalo 2001
Bodegas Do Gargalo.
Muy envolvente y pleno de aromas con fondo atractivo de flores y hierbas. Carnoso, jugoso, con un toque acertado de rasposidad (tanino de la uva) y final amargo.
Sacra Natura 2001
Vinos Piñol, S.L.
Complejo, frutillos rojos maduros y cierto ápice mineral con un paso de boca amplio, un tanino por limar, y final aromático agradable.
BalbÁs Roble 2001
Balbás.
Tiene su ya habitual toque de reducción, que desaparece mostrando frutosidad, madera por integrar y taninos por pulir. Mejorará en botella.
Luberri 2001
Luberri.
Es un derroche de tipicidad, donde el paso del tiempo ha logrado mantener su calidad. Tonos florales, carnosidad y frescura muy bien conjugados.
Dionisios Tempranillo 2001
Dionisio de Nova “Dionisos”.
Aromas discretos y envolventes que prefieren esperar al paso de boca para expresarse más firmemente, frutos rojos, hierbas y un toque de flores secas.
Peregrino 2001
Gordonzello, S.A.
La variedad Prieto Picudo marca el origen de la tierra y esas puntas balsámicas tan estimulantes. Boca carnosa, con paso fácil y sostenido por su acidez.