- Sara Cucala
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- 2013-12-02 10:09:20
Hay un lugar en Beijing donde la gente camina con prisa, ataviados con elegantes trajes, luciendo peinados estrambóticos, anunciando en su manera de vivir cómo va a ser la última tendencia en el resto del mundo. Ese lugar lleva por nombre Distrito 798.
Madrid es una bolita del mundo donde las culturas se cruzan, las lenguas se entienden, las maneras de vivir se comparten. Madrid une, por eso no es de extrañar que una de las grandes novedades de esta ciudad mundo sea un restaurante donde la cocina china se une a la cocina peruana y que lleve el nombre precisamente de ese distrito, el 798.
En Perú a este cruce cultural se le llama chifa, pero nada de clasificaciones para la excelente carta que ha creado el chef, Javier Brichetto (campeón de España en varias ocasiones de los concursos de pinchos), donde Perú, China, Asia y hasta Madrid se unen en una carta que hoy por hoy es de lo más llamativo de la ciudad. Y atentos a la carta de vinos porque está cuidada y muy acertada. Entre todo lo degustado nos quedamos con el Gyoza rellena de cocido madrileño.
Ingredientes: 200 g garbanzos, 500 g morcillo, 1 carcasa de gallina, 2 pechugas de gallina, 2 morcillas, 6 chorizos, 100 g tocino, 1 punta de jamón, 1 cebolla pelada, 3 zanahorias peladas, 24 tapas para empanadillas chinas (gyozas)
Elaboración: Colocamos en remojo los garbanzos en la víspera del cocido. Empezaremos por poner a cocer, partiendo de agua fría, la carne, la punta de jamón, el tocino y la gallina a fuego medio. Es importante retirar la espuma que se forma durante la cocción y cuidar que la preparación no se quede sin agua. Cuando rompa a hervir, agregar los garbanzos y la cebolla, y cocinar durante 3 horas. Media hora antes de terminar la cocción agregamos la zanahoria junto con el chorizo y la morcilla, retirar del fuego, colar los ingredientes y reducir el jugo de cocción hasta obtener una salsa con cuerpo.
Picar los ingredientes del cocido mezclar, salpimentar, colocar en el centro de la masa de empanadilla una cucharada de relleno, cerrar y cocinar al vapor durante 3 minutos. Retirar y dorar la base en una plancha o sartén pintada con aceite, servir con el jugo de cocción.
Manzanilla La Guita ***
La Guita. D.O. Jerez.
La salinidad de la manzanilla es, sorpendentemente, ideal para acompañar bocados contundentes como el cocido, porque estimula las papilas, ayuda a salivar y a la digestión, y refresca sin distraer. La combinación confirma la perfecta armonía de los generosos con cocina oriental.
Paco García Crianza 2010 **
Bodegas Paco García. D.O.Ca. Rioja.
El vino es muy elegante en nariz, con notas de madera (vainilla, humo), confitura de moras y con un final de recuerdos especiados que resultan muy sabrosos y sorprendentes con las empanadillas.
Habla de la Tierra 2011 **
Bodega Habla. V.T. Extremadura.
Pensar en cocido y pensar en Tempranillo-Cabernet es casi simultáneo. Siempre resulta. También aquí, donde esta moderna bodega mantiene en sus crianzas (4 meses) la viveza de la fruta, los deslumbrantes violetas, los recuerdos refrescantes de mata de tomate y granada.
Sabinares Blanco de Guarda 2011 **
Sabinares. D.O. Arlanza.
David González, Béquer Prieto y otros vinateros hacen diabluras en ese rincón que es la burgalesa Arlanza. Este blanco, un complejo coupage de variedades, unas conocidas, otras locales, otras sin contrastar, recuperación de viñas antiguas, cobra tal complejidad de aromas cítricos, balsámicos y golosos que se adapta al bocado pero bien podría ser copa el solito.
Chardonnay Fermentado en Barrica 2008 **
Señorío de Otazu. D.O. Pago de Otazu.
Estupenda combinación de su entrada campestre, de hierba y su plenitud de manzana madura con el relleno y la masa, mientras los toques ahumados de la madera aguantan bien la potencia del pulso de la salsa, de la soja, y mantienen limpio el paladar entre bocado y bocado.
Chinchilla Doble Doce 2008 **
Bodega Doña Felisa. D.O. Málaga y Sierras de Málaga
El roble francés ha dejado su elegante impronta de aromático cedro y popurri de especias para domar dos intensas variedades y su clásica combinación. Es mucho vino y las empanadillas, a pesar de su contundente enjundia, se resienten.