- Antonio Candelas, Laura López Altares
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- 2018-09-12 00:00:00
La actriz Katharine Hepburn se encomendó al bocado más placentero –"what you see before you, my friend, is the result of a lifetime of chocolate"–, ese que despierta nuestros sentidos como ningún otro. Terrenal alimento de dioses, capricho eterno.
Cuenta la leyenda que el generoso dios Quetzalcóatl robó a sus hermanos el bello árbol del cacao –Theobroma cacao, "alimento de Dioses"– y se lo regaló al pueblo tolteca, enfureciendo a aquellos dioses vengativos. Así fue como los mortales pudieron disfrutar de su fruto, ese delicioso alimento sagrado que calmaba el hambre y la sed. Su origen terrenal se sitúa en la selva amazónica –crece en regiones cálidas y húmedas–, y en México se han hallado restos de cacao de hace casi 4.000 años.
Las civilizaciones precolombinas atribuían al cacao cualidades mágicas –como el poder de sanar–, y bebían xocoatl –"agua amarga"– en ocasiones especiales. Mezclaban los granos de cacao molidos con agua y harina de maíz, y los aromatizaban con especias –como el chile y la vainilla– y flores. Tal era el valor de los granos de cacao, que en los imperios mesoamericanos se utilizó como moneda, y su consumo se reservaba normalmente a las élites (gobernantes, guerreros, etc.).
Tras la conquista del Imperio azteca –siglo XVI–, los españoles llevaron el cacao a Europa y sus colonias, al igual que el resto de potencias colonizadoras. Su popularidad se extendió entre la realeza y las clases altas –en España se servía caliente y lo endulzaban con azúcar de caña–, pero pronto su poder de seducción traspasó todas las fronteras posibles.
Hubo que esperar al siglo xix para que el chocolate se hiciese tableta, convirtiéndose en el más placentero mordisco. Intenso y complejo –con más de 400 notas de sabor–, es uno de los ingredientes más fascinantes que existen. Ciertas sustancias que contiene producen una sensación de placer en el organismo, lo que intensifica la experiencia sensorial.
Cerveza Mahou Negra
Mahou
www.mahou.es
No podíamos dejar pasar la oportunidad de enseñaros una de las armonías más deliciosas que existen. La intensidad aromática y la gama de sabores de la cerveza (regaliz negro, granos de café, tostados) combinan con los deliciosos matices de un buen chocolate negro. En cuanto a texturas, la cremosidad y cuerpo del trago limpian el suculento bocado.
Monte Real Crianza de Familia 2015
Bodegas Riojanas
D.O.Ca. Rioja
www.bodegasriojanas.com
Tempranillo
Para un chocolate con un porcentaje menor de cacao, hemos encontrado este tinto que convence por su carácter riojano perfectamente definido. Los aromas de fruta negra madura, especias, balsámicos y maderas nobles son importantes para encontrar el equilibrio con la negra tentación, pero su frescura y amabilidad hacen que sea una experiencia única.
Ladrón de Lunas Crianza 2015
Bodega Ladrón de Lunas
D.O.P. Utiel - Requena
www.ladrondelunas.es
Bobal
Continuamos con una opción de marcado carácter mediterráneo. Hemos seleccionado un vino de la variedad Bobal cuya crianza moderada y bien trabajada doma el tanino y concentra los detalles frutales. Lo que nos ha convencido del conjunto es la fluidez y amablilidad con la que chocolate y vino conviven.
Tintoralba Dulce 2015
Bodega Tintoralba
D.O.P. Almansa
www.tintoralba.com
Garnacha Tintorera
Proponer una opción dulce no es fácil. Hay que encontrar un vino concentrado, sabroso y sin excesos dulces. Este cumple las expectativas de forma sensacional. Los detalles de aceituna negra, balsámicos, ciruelas en mermelada y el moderado dulzor hacen que sea una maravillosa armonía para los muy cafeteros.