- Laura López Altares, Antonio Candelas
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- 2020-06-16 00:00:00
Con trufa, bacon crujiente, cebolla caramelizada, queso de cabra, vegetariana... ¡y hasta de cocodrilo! La hamburguesa es ya un mito, símbolo de la globalización gastronómica, y hemos elegido el primer mes del verano (y del resto de nuestras vidas) para contaros cómo conquistó el mundo (empezando por Roma).
La hamburguesa es uno de los grandes inventos culinarios de la humanidad, objeto de deseo universal con curiosos antecedentes. Los soldados romanos ya devoraban isicia omentata –albóndigas de carne picada con migas de pan maceradas con vino, pimienta, piñones y garum– entre batalla y batalla, y según cuenta Pancracio Celdrán Gomáriz en El gran libro de la historia de las cosas, se hallaron dos tortas de pan con un trozo de carne en medio en una tumba egipcia... ¡de hace cuatro mil años! Los fieros jinetes mongoles del ejército de Gengis Kan también tuvieron un inesperado papel en esta jugosa historia: guardaban carne bajo las monturas, que quedaba en su punto tras las interminables cabalgadas para conquistar Eurasia. En la fría estepa se originó el primer steak tartar de la Historia, y cruzó fronteras hasta llegar a Hamburgo, verdadera patria de la hamburguesa (muy a pesar de los estadounidenses), donde la carne picada se aderezaba con especias. En aquel puerto alemán se inició la conquista del Nuevo Mundo: el filete al estilo Hamburgo viajó en barco hasta Nueva York a finales del siglo XIX, y se hizo sorprendentemente popular. La brillante idea de servirlo entre panes se les atribuye a los Menches Brothers (Nueva York), aunque otra teoría defiende que fue Charlie Nagreen en Wisconsin. Poco después, en la Exposición Mundial de Saint Louis de 1904, la hamburguesa se reveló como una fulgurante estrella que se convertiría en símbolo de la cultura pop. Icónica e inspiradora, ha tenido un papel destacado en el cine –inolvidable en Pulp Fiction–, el arte –a Warhol le fascinaban– o la literatura –The World is Your Burger, de David Michaels, es un suculento homenaje– y se liberó del malditismo fast food seduciendo a los mejores chefs del mundo.
Ramón Bilbao Verdejo 2019
Bodegas Ramón Bilbao
D.O.P. Rueda
www.bodegasramonbilbao.es
Verdejo
Este blanco fresco, de una gran nitidez de aromas y un paladar bien construido en cuanto a volumen y expresión va de maravilla con una hamburguesa de cerdo, si puede ser ibérico, mejor, para que la jugosidad del bocado sea el aliado perfecto del trago. En cuanto a los aliños hay que elegir uno que no intervenga demasiado en el conjunto para no distorsionar el argumento principal de la armonía.
Muga Rosado 2019
Bodegas Muga
D.O.Ca. Rioja
www.bodegasmuga.com
60% Garnacha, 30% Viura,
10% Tempranillo
Gran sorpresa por su nitidez, frescura y precisión. Un todoterreno que hemos querido poner a prueba con este plato tan democrático. La hamburguesa ideal es con carne de ternera con poco tiempo de maduración para que el sabor sea delicado. Podemos optar por acompañamientos clásicos sin abusar de salsas poderosas para que no acaparen protagonismo.
Mil Historias Syrah 2018
Bodega Altolandon
D.O.P. Manchuela
www.altolandon.com
Syrah
¡Qué rico está este vino! Es lo primero que dijimos cuando lo catamos. Es una golosina bien elaborada que destaca por su rigor técnico y su amabilidad. Lo hemos elegido para acompañar una hamburguesa de las importantes. De esas que están elaboradas con una carne muy especial como la de buey Wagyu. Tanta solemnidad cárnica había que rebajarla con un vino tan delicioso como este.
La Montesa 2017
Bodegas
Palacios Remondo
D.O.Ca. Rioja
Garnacha
Entrar en el terreno de las hamburguesas de carnes más sofisticadas nos permite haber elegido este Rioja de la zona de Alfaro en su primera añada ecológica. Nos ha encajado por su pureza varietal traducida en notas de flores y monte bajo. Estos matices, incluidos los de una moderada y acertada crianza, se funden con los de la carne y permite que el aliño pueda tener algo más de rock'n'roll.