- Diana Fuego, Antonio Candelas, Foto: nito / AdobeStock
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- 2022-12-06 00:00:00
Es justo reconocerle al polvorón su papel como catalizador del espíritu festivo: cuando este dulce entra en juego, las navidades saben infinitamente mejor (y además nos hace viajar en el tiempo). Esa mezcla cuasiperfecta de harina, almendras, azúcar, canela y manteca de cerdo representa la deliciosa fragilidad de los placeres temporales.
Con permiso de los mazapanes, el turrón y el roscón –a los que ya hemos dedicado algunas de nuestras páginas más suculentas–, nos atrevemos a afirmar que los polvorones son la perdición navideña mayúscula; una que devoramos sin ninguna culpa incluso semanas antes de que lleguen las fiestas. Porque el acto de comerse un polvorón, esa frágil delicia con tendencia a desmoronarse –de ahí el envoltorio–, no solo se convierte en uno de los mayores placeres gastronómicos del año; también conlleva una suerte de viaje a algunos de los recuerdos más sabrosos de nuestra infancia... y a una disputada e interesantísima batalla histórica.
Al igual que sucede con tantos bocados e ingredientes que han pasado por esta sección, su origen nos lleva a un inevitable enfrentamiento: esta vez entre Estepa (Sevilla) y Antequera (Málaga). Se sabe que en ambas localidades hubo excedentes de manteca de cerdo y harina de trigo, por lo que las dos tuvieron que ingeniárselas para darles salida en forma de dulces.
Eso sí, la primera receta de la que se tiene constancia escrita sobre un postre similar al polvorón –entonces, polborón– la escribió la sevillana Rosa María Calvillo de Teruel en su Libro de apuntaciones de guisos y dulces (1740). Si nos remontamos unos años atrás, al siglo XVI, hallaremos la raíz de los Mantecados de Estepa en el Convento de Santa Clara (Estepa), "donde se conservan referencias a su elaboración con recetas antiguas", como explica el Consejo Regulador de la I.G.P. Mantecados y Polvorones de Estepa. "Aunque es en el año 1870 cuando se produce el nacimiento y comercialización del mantecado tal y como lo conocemos hoy en día", puntualizan. Es muy importante destacar la diferencia entre estos dos dulces: ambos se elaboran con azúcar, manteca de cerdo, canela y harina; pero solo el polvorón lleva almendras.
Llopart Nèctar Terrenal 2019
Llopart
www.llopart.com
Corpinnat
50% Xarel·lo, 50% Parellada
Este semidulce es un magnífico ejemplo de vino de postre con burbujas. El juego entre frescura y acidez no solo está bien balanceado, sino que parte del licor de expedición, al haberse criado en barrica, le aporta una serie de matices cremosos que acompañan a los apuntes cítricos y golosos. La burbuja fina y bien integrada tras los más de 20 meses de crianza lo convierte en un gran acierto con este dulce navideño.
Maestro Axarkía 2020
Bodegas Dimobe
www.dimobe.es
D.O.P. Málaga y Sierras de Málaga
Moscatel de Alejandría
Nos desplazamos hasta la Axarquía malagueña para ofreceros este Moscatel de Alejandría repleto de matices que sugieren sobremesa y un bocado como el que os presentamos. Los detalles cítricos, de flor de azahar, fruta de hueso y fruta escarchada acompañan a los de temporada (almendrados, especias dulces, anisados...). Otra virtud que comparte con el resto es la capacidad de limpiar el paladar.
Finca Valonga Sofía 2018
Finca Valonga
www.valonga.com
I.G.P. Valle del Cinca
Moscatel de Grano Menudo
La interpretación del Moscatel, esta vez de Grano Menudo, en tierras oscenses es muy apropiada por el perfecto equilibrio que se crea entre el dulzor el toque amargo y la buena acidez que presenta. Todo hace que el polvorón, con su textura y sabores, se integre y sea un conjunto delicioso. Al final queda un toque de orejón que conecta emocionalmente con el momento que vivimos en estas fechas.
Sidra Valverán 20 Manzanas
Llagares Valverán
www.llagaresvalveran.com
Raxao, Durona de Tresali, Verdialona, Collaos, Fuentes
Para concluir, hemos rebuscado más allá de las elaboraciones vínicas y hemos dado con un trago en forma de sidra de hielo absolutamente grandioso. Si buscábamos acidez, aquí vamos a encontrar toda la del mundo; si reclamábamos complejidad, en esta ambrosía líquida vamos a disfrutar con los mil y un detalles que ofrece; y si buscábamos equilibrio que armonizara con el trago, con este se consigue.