- Jose Luis García Melgarejo
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- 2012-03-01 09:00:00
La producción ecológica supone una oportunidad para potenciar la calidad y la seguridad alimentaria, el desarrollo rural y la integridad del medio ambiente, fortaleciendo las capacidades productivas de los territorios rurales. La alimentación ecológica ofrece alimentos libres de sustancias químicas de síntesis y organismos genéticamente modificados (OGM). Un sistema de control regulado por normas internacionales y organismos de control independientes garantiza el valor de estos productos, tanto para los productores como para los consumidores y la sociedad en general.
Sabor – Salud
La profesora de la Universidad Politécnica de Valencia María Dolores Raigón lleva años investigando los atributos específicos de los alimentos ecológicos. Sus trabajos indican una mayor concentración nutricional en los productos vegetales, ya que se respeta el ritmo de crecimiento natural de la planta y se recolecta en su momento óptimo de maduración. También contienen menos agua, lo que favorece la intensidad de los sabores, la concentración de nutrientes y alarga su periodo de conservación en óptimas condiciones. Por ejemplo, el zumo de naranja ecológico tiene un 20% más de vitamina C -y los pimientos ecológicos un 9% más- que sus homólogos convencionales.
Equilibrio medioambiental
La agricultura ecológica apuesta por la conservación de la biodiversidad de las zonas agrarias, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, haciendo de la prevención y la simbiosis natural entre animales y plantas su mejor herramienta. Por su parte, la ganadería ecológica juega un importante papel en la gestión de los bosques a través de la ganadería extensiva, en la conservación de razas ganaderas autóctonas y el bienestar animal. Además de ofrecer productos cárnicos de alto valor añadido, las especialidades gastronómicas tradicionales encuentran en la elaboración con productos ecológicos una excelente oportunidad para mejorar la comercialización.
Desarrollo rural
Es importante recordar la aportación de la agricultura ecológica a la igualdad de hombres y mujeres del medio rural. El sector de la producción y la alimentación ecológica contribuye a la fijación de población en estas áreas, reconoce y valora la labor de los trabajadores del campo y supone una oportunidad para fortalecer el tejido empresarial agroalimentario, respondiendo a las demandas de los consumidores, cada día más preocupados por una alimentación socialmente responsable.