- Jose Luis García Melgarejo
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- 2012-11-01 09:00:00
El olivo, uno de los primeros frutales cultivados por el hombre, llegó con los fenicios a la península Ibérica y se expandió con los romanos. En el siglo XVI, con las posibilidades que brindaba la exportación de aceite a América, aumentó de forma considerable su superficie de cultivo, principalmente en Andalucía. Pero fue en el siglo XIX cuando se inició una expansión sin precedentes que se ha prolongado hasta nuestros días, jugando un papel decisivo en la creación de empleo, la cohesión social y territorial, convirtiendo el aceite de oliva en un símbolo de nuestra cultura y en uno de los pilares de la reconocida dieta mediterránea.
Alimento saludable
El consumo de aceite de oliva se relaciona con numerosos efectos positivos para la salud: aporta vitamina E, previniendo la oxidación del colesterol malo (LDL). Contiene polifenoles, cuya acción antioxidante frena el envejecimiento celular y la formación de sustancias cancerosas. En los diabéticos, el consumo de aceite de oliva virgen extra favorece la disminución de los niveles de glucemia, necesitando de esta manera menores dosis de insulina. Además, contribuye a la calcificación ósea, evitando problemas de huesos en la edad adulta. Si bien estas son algunas de las muchas ventajas que tiene consumir aceite de oliva en nuestra vida, no todos los aceites son iguales. Esto depende de la calidad de la materia prima utilizada y del proceso de obtención.
Aceite de oliva virgen extra
No es lo mismo un aceite de almazara que uno de refinería y, aunque parezca extraño, en nuestro país existe una gran desconocimiento sobre esto. De entre todos, el virgen extra es el único que reúne las condiciones de sabor y aroma adecuadas para catalogarlo como un producto especial y característico. La zona de cultivo, la variedad o el grado de madurez dan lugar a diferentes sabores y aromas, permitiendo a los consumidores disfrutar de múltiples experiencias. La mejor calidad se obtiene cuando se usa aceituna sana, recién cosechada, únicamente del árbol y en un punto óptimo de madurez. Por otro lado, saber identificar un aceite de oliva virgen extra elaborado a partir de una aceituna de producción ecológica puede tener su recompensa no solo por sus características organolépticas y físico-químicas, sino por la mejora de la renta del agricultor, del valor final de comercialización del producto y también por la protección del medio natural.