- Jose Luis García Melgarejo
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- 2013-05-01 09:00:00
La mayor parte de la población vive en ambientes muy urbanos sin ningún contacto con el medio natural y rural. Pero, aunque vivamos en plena ciudad, cada día existen más posibilidades para disfrutar de lo que se conoce como huertos urbanos. Modalidades como los solares abandonados y transformados por asociaciones, los huertos escolares, terrazas, balcones y azoteas verdes o los huertos de ocio municipales. Disponer de un pequeño huerto va a suponer una vía de escape frente al asfalto, el cemento, el ruido, la contaminación y también frente al estrés y las preocupaciones. Unos metros de tierra con pequeños cultivos nos pueden ayudar también a reconocer el valor de los productos locales y de temporada, recuperando al mismo tiempo buenos hábitos alimenticios.
Los principios de la naturaleza
El trabajo en un huerto y la relación con la tierra nos va a permitir conocer el ciclo de vida de los vegetales y las relaciones entre distintos seres vivos, potenciando nuestra capacidad de observación y ofreciéndonos un recurso educativo muy valioso para nuestros hijos o nietos. Comprobaremos que la fertilidad de la tierra no depende de la cantidad de nutrientes que tiene, sino de su capacidad para generarlos. Podremos comprender cómo la naturaleza trabaja sin descanso 24 horas durante los siete días de la semana. Nosotros solo tenemos que dejarla funcionar, actuando en su dirección contando con unos principios que fomentan el equilibrio en los ecosistemas, partiendo de la energía del sol, la importancia de la biodiversidad y las relaciones basadas en la cooperación.
Alimentación y vida
El mundo vegetal debería tener más presencia en nuestra dieta diaria, especialmente en los más pequeños, cuyo régimen alimenticio está cada día más orientado a los carbohidratos. Convertir las hortalizas en protagonistas de nuestra comida provocaría un cambio saludable en nuestras vidas. Los vegetales son ricos en potasio y ayudan por ejemplo a eliminar la retención de líquidos. Por otro lado, el aporte vitamínico de las hortalizas tiene efectos muy beneficiosos para el organismo, las vitaminas A y C refuerzan nuestras defensas contra las infecciones, las del grupo B fortalecen nuestro sistema nervioso, las fibras que contienen ayudan a regular el tránsito intestinal y los antioxidantes que nos aportan las verduras reducen el envejecimiento y previenen la aparición de enfermedades tumorales.