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Nacidos para el sol

  • Redacción
  • 2003-06-01 00:00:00

Ya llegan los calores, y bajo el influjo tórrido del sol que inaugura el período estival, hacen su “agosto” los refrescos y la cerveza helada, seguidos de lejos por los vinos blancos y rosados fresquitos. Pero es todavía una estación poco propicia para el cava, pese a tratarse de una bebida que siempre, tanto en invierno como en verano, debe tomarse fría. El cava, fresco y refrescante, con el cosquilleo travieso y desenfadado de su carbónico natural, debería conocer en los meses calurosos un aumento notable del consumo, como ocurre, sin ir más lejos, en países tan parecidos al nuestro como Italia. Pues no, el pernicioso hábito de consumo español, con la excepción de Cataluña, hace que el favorable influjo de las altas temperaturas apenas tenga efecto beneficioso sobre nuestros cavas. Lamentable paradoja que está frenando el crecimiento necesario de un sector vitivinícola fundamental para el país. Baste recordar que somos el asegundo productor mundial, tras Francia, de vinos espumosos naturales. Y así, una de las bebidas más adecuadas para el aperitivo o los ligeros platos de la gastronomía estival, se ve condenada a la vida sonora pero efímera de las fiestas navideñas, donde es generalmente descorchada a los postres. Hay que hacer todos los esfuerzos necesarios para que esta aberrante situación cambie. Como “Frescava”, la muestra que se celebra a principios de junio en el madrileño centro comercial de Moda Shopping. Por nuestra parte, no nos cansaremos de insistir en las virtudes irrepetibles de una bebida que es capaz de aunar la sutiliza y complejidad de unos aromas gestados silenciosamente en cada botella, en contacto con sus lías, con el impacto desenfadado y alegre de su burbujeante paladar. Y aprovechar el tirón de los cavas que, impulsados por la moda, se visten de rosa para ganar complejidad y consistencia sin perder su carácter festivo. Hay muchos y buenos; para ayudarle en la elección hemos seleccionado un buen plantel de los más adecuados para beber en los meses calurosos. Refrescantes pero no refrescos; jóvenes, pero no insustanciales; afrutados pero no artificiales. El mejor brindis al sol.

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