- Redacción
- •
- 2005-09-01 00:00:00
No se crean que si he abandonado mi cuba y me he enfundado el kimono de kárate es por presumir de cinturón negro. Es cierto que al periodista especializado, y en particular al crítico enológico, no le viene nada mal saber algo de artes marciales y defensa personal. Tampoco pretendo que los bodegueros se sientan presionados. Sé que la publicidad está difícil, pero en nuestra revista no necesitamos recurrir a más argumentos de fuerza que los 65.000 ejemplares mensuales de tirada controlada por la OJD, lo que significa más de 400.000 lectores, y el prestigio ganado a pulso con los cien números que llevamos publicados. Son argumentos, creo yo, superiores a la fuerza, por muy refinada que ésta sea. La exhibición de artes marciales con la que presento este númerto especial es un homenaje a todos los que han luchado y luchan por que nuestro país tenga los vinos que se merece por historia, geografía y clima. Un combate en el que, pese a que no siempre se respetan adecuadamente las reglas del juego, hay que conseguir más puntos que el rival en noble competición. Es decir, con conocimiento de causa. Primero la crítica, luego los profesionales del sector y, finalmente, el consumidor -que es el juez supremo e inapelable- sancionarán al vencedor de esta lucha cada día más difícil e inmisericorde. Que vino hay mucho y bueno, pero consumidores pocos. Hay que arriesgarse, y mucho, para que el desconocimiento de nuestra realidad vitivinícola no lastre el impresionante desarrollo del sector. Sólo unos consumidores enterados y entendidos pueden garantizar el éxito en la dura batalla por la calidad, que es el campo de juego donde se dirime el futuro de nuestro país. Y permítanme que me sienta un poco orgulloso, y desde luego muy satisfecho, por el trabajo realizado desde que, hace ya casi nueve años, comenzamos con esta aventura de MiVino. Una oferta inédita que trataba de romper el techo de lectores de las revistas especializadas de vinos, por el sencillo procedimiento de regalarla. Prensa gratuita, sí, pero de calidad, que se distribuía en los mejores restaurantes y tiendas especializadas. Empezamos con 300 puntos, y este número cien se podrá encontrar aproximadamente en 700. Y con él, una selección representativa de nuestra más esperanzadora enología. La selección de casi trescientos vinos por la revista es la mejor y más combativa manera, de celebrar los 100 números de MiVino.