- Redacción
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- 2006-11-01 00:00:00
Hace 10 años aparecía el primer número de nuestra revista. Segunda quincena de noviembre de 1996: en aquel final de otoño, lleno de incertidumbres, nacía un proyecto cargado de incógnitas. Una apuesta arriesgada en la que ganar significaba sobrevivir, y perder… bueno, mejor no imaginarlo. Seis socios, con un exiguo capital a base de créditos personales. Y una idea por todo bagaje: publicar mensualmente una revista especializada para la inmensa minoría de amantes del buen vino, con una tirada de ensueño en este tipo de publicaciones: 40.000 ejemplares. Lo hizo posible la confianza depositada en nosotros por unas pocas bodegas, entre las que se encontraban las más importantes del país como Freixenet, Codorníu, Miguel Torres, Marqués de Cáceres, Faustino, González Byass. Marqués de Riscal, Olarra-Ondarre, Martín Códax, Terras Gauda, la Coop. del Ribeiro, Juvé&Camps, Chivite… Bodegas y directivos que creyeron en la idea, incluso cuando sólo era eso, una idea plasmada en una maqueta provisional. Y depositaron su confianza en una aventura sin precedentes en el sector del vino: la prensa gratuita. Finalmente, a ese grupo inicial de bodegueros se han incorporado el resto de las principales empresas vitivinícolas españolas, tanto grandes como pequeñas. Todas han comprendido la importancia de un medio de comunicación especializado, independiente, leído por más de 400.000 personas cada mes. Pero cuando empezamos, pocos daban un duro por su continuidad. Decididamente, el mundo es de los audaces. En este tiempo hemos tenido que afrontar las dificultades de distribución de una revista que se reparte entre los clientes de los mejores restaurantes y más prestigiosas tiendas especializadas del país. Por eso, porque iba a exponerse en locales de tan elevada categoría, en los que el vino es algo más que una bebida para ser tratado como la manifestación más honda de nuestra cultura, tuvimos que esmerarnos en la presentación, la calidad del papel, la creatividad gráfica, la impresión en suma. Entre otras cosas, para atender la elevada exigencia en recursos publicitarios de una publicación gratuita. Los primeros años fueron, a qué negarlo, difíciles, pero el esfuerzo pronto se vio recompensado con la creciente demanda de ejemplares, hasta situarnos en los 65.000 actuales, certificados por OJD. Han sido nuestros lectores los que han sancionado la pervivencia e idoneidad de la revista. De hecho, afrontamos esta nueva etapa con un nuevo reto: alcanzar los 100.000 ejemplares mensuales. Una poderosísima contribución a la cultura del vino y, por ende, al aumento necesario y responsable de su consumo entre nosotros. Sin el cual no hay futuro...