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Siempre hay una primera vez. Ese instante que recordamos con poesía cuando alguien nos pregunta. Fabulamos con entusiasmo o acentuando el horror. Narramos con los ojos vidriosos o poniendo muecas de experiencia. Las primeras veces en ocasiones son buenas y otras, indiferentes; hay primeras veces inolvidables y algunas que intentan caer en el cajón del olvido. Pero la vida no es más que un sortilegio de primeras veces aglutinadas en una experiencia.
Antes de cerrar este número de MiVino-Vinum tuve la suerte de probar, por primera vez, un Vega Sicilia Único Mágnum de 1990. Sí, es cierto, lo hice rodeada de 700 personas, pero tengo que asegurar que en ese instante en el que me abandoné a la copa, con ese temblor irracional de no saber apreciar un lujo, creí estar sola. Hay instantes en los que no se encuentran palabras para narrar lo inenarrable, entonces entiendes a qué suena el silencio y con él, el placer.
Viví esa primera vez para alzar mi copa y celebrar los 150 años de una de las bodegas españolas más importantes del mundo. Allí hemos estado y en las páginas que continúan os contaremos cómo se le queda a uno el cuerpo después de cenar el menú de los hermanos Roca armonizado por los mejores vinos de Vega Sicilia.
Así es este MiVino-Vinum preotoñal: un lujo de bodegas con más de 150 años de historia, como Vega Sicilia, o como la que ahora dirige el gurú Angelo Gaja; un placer de blancos fermentados en barrica que tantas alegrías nos están dando últimamente; una nueva categoría para los grandes vinos de la Toscana; y una suerte de sueños para saciarlos con buen vino.