Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).
Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.
E ncontré en mi librería A PUNTO una joya bibliográfica titulada Wine Folly, una guía visual de las uvas del mundo, uno de esos libros imprescindibles en la biblioteca de alguien que busca indagar en el más allá de los sentidos del vino. Me compré el libro y la primera uva que busqué fue: Tempranillo. Lo que encontré fue un preciso y muy visual análisis organoléctico de la uva y pensé... Sí, es cierto todo lo que dice pero ¿todas las tempranillos de España son iguales? ¿Siempre se elabora la misma uva de la misma manera? Las respuestas me las han regalado mis compañeros del comité de cata haciendo lo que mejor saben: descorchando vinos de Tempranillo de todas las partes de nuestro país. En las páginas que siguen descubriremos el desorden de su nombre: Tinta Fina, Tinta de Toro, Tinta del País, Cencibel, Ull de Llebre, Vid de Aranda, Escobera, Chinchillana... , las tierras donde crece: La Rioja, Castilla y León, La Mancha, Extremadura... El aroma, sabor de la que, sin duda, es nuestra uva bandera, la huella de identidad del vino español.
Ha llegado la primavera y con ella el reflejo del sol en las gotas furtivas de lluvia y las ganas de ir ligeros de equipaje, perdernos en parajes únicos y descubrir los sabores que marcarán el año. Pues aquí va el adelanto para el despelote primaveral: viajaremos a las desconocida y fascinante Terra Alta; nos precipitaremos por parajes heroicos del vino; dibujaremos el futuro de la próxima –seguro– capital gastronómica de España: Almería, y os llenaremos la alacena de grandes historias... ¡Salud!
