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Desde pequeño, me enseñaron la importancia de no malgastar el tiempo. Ese bien que avanza implacable hacia el futuro, que sostiene brevemente el presente y que aloja en el accesible cajón de los recuerdos o en el desván del olvido todo lo que nos ocurre. Elegir en qué emplearlo y aprovecharlo es de las pocas cosas que están en nuestras manos y eso es lo que hemos hecho en la redacción, emplearlo en infinidad de actividades para que tengáis vuestra revista de mayo rebosante de atractivo contenido. Como las 36 bodegas de Rías Baixas que nos han abierto un pedacito de su pasado para comprobar que, de pasado, nada, que en esa cata en la que nos hemos maravillado con la elegante expresión de sus blancos de añadas pretéritas hay un futuro que iremos descubriendo cuando se acerque el momento, pero que hoy es de lo mejor que podemos encontrar entre nuestros blancos y que no tienen nada que envidiar a elaboraciones de otras latitudes a veces más laureadas y reconocidas. Que participáramos en la celebración del 20º aniversario de Belén Sanz como enóloga de Dehesa de los Canónigos, rodeados de lo mejor de la enología nacional, fue tan emocionante como enriquecedor. Que pudiéramos tomar asiento en una magistral cata de Vega Sicilia en el 33º Salón Gourmets nos transportó a otra dimensión. Que nos abrieran las puertas de cuatro viñedos particulares de La Mancha nos llevó a descubrir lo mejor de la personalidad manchega y algunos de sus vinos más especiales. Y así una larga lista de interesantes tareas en las que todo el equipo de MiVino ha trabajado y disfrutado aprovechando el tiempo que se nos ha brindado para crear este nuevo número.