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Descorchamos el año cuando se cumple el centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós. Sin duda, el mejor en contar no solo nuestra historia, sino el costumbrismo de un siglo, el XIX, de una inmensa agitación social. La agudeza de sus relatos y su refinado sentido del humor cargado de brillante crítica lo hacen atemporal, más que nada porque nosotros seguimos siendo prácticamente los mismos. Y entre tanta genialidad literaria, no podía faltar el vino. En muchas de sus obras entra en escena como bálsamo de dolencias, animador de tertulias o sencillamente como trago cotidiano. Cuando estemos dando carpetazo al año galdosiano, la guinda la pondrá otro genio y figura, pero esta vez de la música: en diciembre se cumplen 250 años del nacimiento del sordo de Bonn, Ludwig Van Beethoven, un genio universal cuya música ha trascendido a toda la humanidad y que, como algunos de vosotros sabréis, acostumbraba a tomar vino, preferentemente del Rhin y quién sabe si como medio de inspiración. Mientras estos aniversarios nos invitan a descubrir o releer las novelas de don Benito o a conmovernos con la obra del señor Beethoven, en MiVino hemos retomado la actividad para ofreceros un número de febrero cargado de contenidos: os descubriremos la personalidad de los vinos de Utiel-Requena, el incontestable carácter de los de la Tierra del Vino de Zamora, la sabiduría y calma de Rodolfo Bastida o el duende cautivador y electrizante del cantaor Arcángel.
Aunque nos tengáis a mano, tened siempre cerca un gran libro, colmad vuestros oídos de buena música y vuestras copas de ricos vinos.
