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Nunca pensé que se podría echar de menos abrazar. No podía imaginar que lo que hace unos meses era un gesto universal con el que mostrábamos nuestro cariño, consuelo o ánimo fuera a convertirse casi en un arma de destrucción masiva. Pero al igual que en tantas otras cosas, hemos aprendido a transmitir esas bocanadas de afecto sin consumar el abrazo o, mejor dicho, por lo menos en mi caso, he aprendido a leer la buena voluntad de la gente en esos gestos que antes pasaban inadvertidos y que ahora he descubierto que reconfortan casi tanto como el abrazo más sincero. En cada conversación, entrevista, llamada o correo escrito para construir este número, ha habido una palabra de ánimo, de complicidad, un gesto de cariño contenido que siempre alienta. Así regresa MiVino después del parón veraniego, con ganas de abrazaros y con el ánimo firme de seguir descubriendo lo que el sector del vino es capaz de lograr. Nos hemos empapado del conocimiento de algunas de las personas más brillantes del mundo de la enología y la viticultura para que nos cuenten los hitos conseguidos y las líneas de I+D en las que están trabajando. Un jugoso reportaje que marcará un antes y un después en vuestra visión del sector. Mientras, podréis descubrir algunos de los mejores vinos de la D.O. Valencia, conocer historias deliciosas o dar con vuestra ensaladilla preferida. Comienza un curso raro, una vendimia extraña y un otoño inusual, pero que nada de esto nos haga romper la cadena de abrazos que mantiene viva la humanidad, porque será entonces cuando estemos perdidos. ¡Abrazaos! Aunque sea con un gesto tan cotidiano como un brindis.
