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Una inversión con futuro. Este era el valiente titular de una revista de vinos que, tal mes como este de hace 25 años, salió a la calle por primera vez. Aquel MiVino nació con voluntad de acercar al consumidor, interesado, conocedor o neófito, una cultura, la del vino, de la que poco se había escrito en un lenguaje tan cercano y claro como el que se podía leer en aquellos primeros números. Hacer cultura. Ese era el reto que se propusieron aquel grupo de idealistas que vieron en las palabras y la fotografía una forma de conectar a viticultores y bodegueros con el comensal. En unos momentos en los que no había redes sociales e internet no era mucho más que un embrión de comunicación masiva, pero al fin y al cabo un embrión, MiVino se convirtió en una señal esperanzadora para el sector porque se abría un espacio en el que informar con rigor y conocimiento sobre el presente y el futuro del vino español. Ha pasado un cuarto de siglo de aquella selección de 17 vinos que iban a cambiar de milenio con una espléndida salud, revalorizándose en aromas, sabores y texturas, pero también en precio. En todo este tiempo han sido muchas las personas que han contribuido a formar la gran familia de MiVino, pero si hay una a la que le debemos felicitar con especial cariño por este emocionante aniversario, ese es Heinz Hebeisen. Él supo, como nadie, transmitir a través del objetivo de su cámara el alma de cada viñedo, de cada bodega por remota que fuera y sobre todo de cada persona del vino. Supo y sabe, porque sigue brindándonos su ayuda y consejos, pero sobre todo sigue disparando con brillante acierto su Nikon para regalarnos imágenes originales y sugerentes que muchas veces valen más que mil palabras. Brindo por él y por estos 25 años de ilusiones cumplidas.