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Marzo es algo así como el redoble de timbal, que comienza casi inapreciable pero que va aumentando el ritmo de la batida y su intensidad de sonido, hasta concluir con una explosión de música brillante, alegre o juguetona, ya sea en una fanfarria, sinfonía o en una coqueta pieza orquestal. Marzo es posiblemente el mes más esperanzador del año por aquello de que los días se van haciendo más luminosos y las temperaturas van escalando posiciones en el termómetro tornándose más agradables. Tanto, que de forma instintiva o, por qué no, por voluntad propia, nos vamos despojando poco a poco de las prendas que nos han abrigado durante el invierno. ¿Y la viña? Pues, para la viña, marzo es el comienzo del fin de su descanso. Aún quedan días para que llegue el esperado lloro de la cepa, pero cada grado que se gana durante el día resuena en su interior como ese redoble de timbal hasta que se consuma la explosión de la yema para dar comienzo a otro nuevo ciclo cargado de esperanzadoras ganas.
En MiVino hemos redoblado esfuerzos para transmitir en este número que lucirá flamante en la próxima edición de Prowein el esperanzador momento que vive el vino en nuestro país. Desde catas en las que hemos puesto el foco en el gran patrimonio que aún conservamos de viñedo en pie franco hasta la cada vez más utilizada elaboración con raspón. Bocados aún invernales, viajes a territorios rebosantes de buenas intenciones y mejores resultados y exquisitos relatos en los que el vino siempre está ahí. Escuchemos los redobles de timbal que la naturaleza nos ofrece a lo largo del mes de marzo, que son muchos y todos ellos llenos de buen ánimo y esperanza. Mientras, no perdáis ni un solo momento para disfrutar del buen vino, que al final la vida son dos días.
