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Es curioso cómo cada septiembre no hay telediario que se precie que no nos indique las pautas que hemos de seguir para no caer en una depresión galopante, separarnos de nuestras parejas o abandonar el hogar debido al insoportable trauma que supone volver al trabajo después de disfrutar de unas, siempre insuficientes, vacaciones. Perdonadme la licencia irónica, pero me resulta gracioso a la vez que innecesario que los medios incidan año tras año en los mismos tópicos como si no hubiera otros asuntos que contar de mayor interés. La montaña rusa anímica que nos invitan a experimentar no puede ser buena, sobre todo cuando podemos volver al trabajo después de unas vacaciones. Si no estamos alegres después de haber gozado de unas semanas de descanso, sinceramente, algo estamos haciendo mal. En MiVino somos partidarios de volver a nuestros quehaceres con el regusto a sal, el recuerdo de la brisa marina y la imagen idílica de la puesta de sol, pero con el cuerpo y el alma saneados tras unos días de desconexión. Además, volvemos cuando medio país ya se encuentra en plena labor de vendimia. Y eso no puede alegrarnos más, puesto que es la única garantía de que el vino, en los próximos meses y años, está garantizado. No es poca cosa... Deseamos de corazón, querido lector, que tu incorporación a la oficina, industria, bar, colegio... haya sido amable. Únicamente te concedemos algo de pereza, pero nunca desidia o desánimo. Para ayudarte, dejamos por aquí un número muy jugoso, rebosante de contenidos y catas interesantes con los que acompañar esos últimos coletazos del verano de los que seguro aún vas a disfrutar.