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Enodiplomacia

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  • Antonio Candelas
  • 2024-05-01 00:00:00

Hace un tiempo cayó en mi pantalla el número 53 de la revista electrónica Relaciones Internacionales, publicada por la Universidad Autónoma de Madrid. En su interior había un extenso artículo cuyo título me llamó poderosamente la atención. Decía así: "Vino y Relaciones Internacionales: enodiplomacia". Antes de leer el texto, el título ya me parecía que contenía un concepto completamente revolucionario que el mundo no debería desaprovechar a tenor de cómo está el panorama.
En el estudio realizado por sus tres autoras (María Teresa Mula Sánchez, Milagros de Torres Fernández y Ana María Molina García) se hace referencia a un inmenso número de acciones en que el vino no se comporta tanto como una bebida con un enorme peso cultural, sino más bien como un elemento facilitador de las relaciones humanas al más alto nivel entre naciones. Y lo hace atendiendo a hechos históricos contrastados y demostrando cómo hoy, allí donde hay un hito importante, el vino es el elemento en torno al cual se sustancia. Quien más quien menos siempre le hemos adjudicado un papel conciliador, pero con una idea un tanto naíf, pero es importante conocer no solo la función que ha despempeñado y que desempeña, sino también el potencial diplomático que puede llegar a ejercer. Permitidme reproducir el último párrafo a modo de conclusión del mencionado artículo, porque creo que merece la pena: "En primer lugar, la enodiplomacia debe profundizar en el vino como concepto (producto pacífico, valor científico como vector diplomático, comunicación...) más que como producto; en segundo, es imprescindible estudiar el papel de los organismos internacionales y nacionales dedicados al vino; y por último, sería útil analizar las especificaciones de la UNESCO para Ciudades Creativas y Paisajes del Vino para crear una concreción conceptual en torno a ellas". Amén.

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