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Querido lector, estás empezando a leer el número 300 de MiVino. Es especialmente emotivo haber logrado este hito editorial tras casi 30 años de vida, pero lo que verdaderamente emociona es la labor de difusión que se ha llevado a cabo en todo este tiempo. Desde el primer número, hemos compartido no solo información, sino relatos de superación, esfuerzo, paciencia y amor por la tierra. Cada página ha sido escrita y fotografiada con una conmovedora dedicación, un esfuerzo colectivo que os ha llevado puntualmente la cultura del vino a vuestros hogares. En este tiempo hemos explorado cada rincón vitícola, desde las tradicionales viñas centenarias de lugares remotos hasta los más valientes e innovadores proyectos que transmiten la pasión y el mérito de una actividad clave para el desarrollo de lo rural. Cada número ha supuesto un reto por plasmar historias del vino que transmitan el valor de este cultivo ancestral. Hemos brindado juntos en celebraciones y hemos reflexionado en momentos de desafío. Entre catas, entrevistas, reportajes, todo lo que el mundo del vino ha vivido lo hemos contado. Por otro lado, es justo reconocer la resiliencia de un sector que ha sabido adaptarse y evolucionar en este tiempo. A pesar de las adversidades, el mundo del vino florece, impulsado por la pasión de aquellos que lo cultivan y lo comparten. Nos emociona ver cómo nuevas generaciones de viticultores y bodegueros están revolucionando la manera en que percibimos y disfrutamos el vino, aportando frescura y diversidad a una tradición milenaria. Gracias por ser parte de esta comunidad vibrante. Vosotros, nuestros lectores, sois el alma de MiVino. Vuestro entusiasmo por aprender y explorar es lo que nos impulsa a seguir viajando para descubrir y compartir relatos de este maravilloso mundo de experiencias inagotables y así lo seguiremos haciendo.