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La pirámide de la dieta mediterránea se ha actualizado “al estilo de vida actual” y el vino sigue ocupando el mismo lugar, aunque con un nuevo añadido a su leyenda vino con moderación: el de “y respetando las costumbres”. Atrás queda la polémica sobre el lugar que ocupa el vino en ella y las declaraciones del presidente de la Fundación Dieta Mediterránea desmintiendo palabras que a él se atribuían. Al parecer no ha sido fácil poner de acuerdo a los expertos en que el vino siga formando parte del estilo de vida mediterráneo en un nuevo orden cultural y social. Entre ellos, los países donde el consumo está prohibido por creencias religiosas y que también pertenecen a la cuenca mediterránea.
Pero la realidad muestra siempre otra cara. El consumo de vino sigue descendiendo esté dentro o fuera, arriba, abajo, a la derecha o a la izquierda de la pirámide; aunque se bebe mejor, se consume muy poco. A falta de una política y consenso globales, podríamos construir una nueva pirámide, una combinación de la nutricional y la de la población, pero relativa al consumo del vino. Histogramas que representen el panorama actual y con los que se pueda apuntar una salida al sector. En las de Egipto, pasadizos secretos y cámaras subterráneas confluyen en la sala del tesoro. De esta imaginaria y compleja pirámide me pregunto qué secretos escondería. Y mucho más, me gustaría rastrear el camino a seguir para encontrar su centro.
