- Redacción
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- 1997-12-01 00:00:00
Ha trascurrido ya un año, trece meses para ser exactos, desde la aparición del primer número de nuestra revista. Segunda quincena de Noviembre, 1996: en aquel invierno, lleno de incertidumbres, nacía un proyecto cargado de incógnitas. Una apuesta arriesgada en la que ganar significaba sobrevivir, y perder... es fácil imaginarlo. Por lo inédito, insólito e inaudito de la idea: publicar una revista especializada para la inmensa minoría de amantes del buen vino, con una tirada de ensueño en este tipo de publicaciones, cercana a los 50.000 ejemplares, y periodicidad quincenal. Lo hizo posible la confianza depositada en nosotros por una docena de bodegas, las más importantes del país -Freixenet, Codorníu, Miguel Torres, Marqués de Cáceres, Faustino, González Byass, Marqués de Riscal, Olarra-Ondarre, Adegas Galegas, Martín Códax, Terras Gauda,y la Coop. del Ribeiro- que creyeron en la idea y en el equipo que pensaba realizarla. En este tiempo hemos tenido que ajustar las ilusiones a la realidad. Las dificultades de distribución de una revista que se reparte entre los clientes de los mejores restaurantes y tiendas especializadas del país, y la elevada exigencia de recursos publicitarios de una publicación totalmente gratuita, demostró pronto la imposibilidad de seguir editando un ejemplar distinto cada quince días. La periodicidad ha tenido que ser mensual. Pero este pequeño desengaño pronto se vio compensado por la creciente demanda de ejemplares por lectores fieles, que exigieron la posibilidad de suscribirse para recibir MiVino cómodamente en sus casas. Más de mil personas pagan hoy por una revista que pueden obtener gratuitamente en su restaurante o tienda especializada favorita, y cada mes se suman nuevos suscriptores. Así, nuestros lectores han colmado todas las expectativas, permitiéndonos una difusión media, certificada por la OJD, cercana a los 40.000 ejemplares, lo que nos sitúa claramente a la cabeza de todas las publicaciones del sector enogastronómico. Y si no hemos alcanzado todavía los cincuenta mil ejemplares proyectados no ha sido por falta de nuevos lectores, sino por los elevados costes de distribución, lo que nos ha obligado a mantener en “lista de espera” a cerca de un centenar de futuros distribuidores. Por eso puedo afirmar con satisfacción que los restaurantes y tiendas especializadas tampoco nos han fallado. Gracias a su excelente acogida, hoy estamos presentes en los mejores establecimientos del país, cubriendo todo el territorio nacional. Finalmente, a ese grupo inicial de bodegueros que con fe y valor apoyaron la revista en sus inicios, se han incorporado, en mayor o menor medida, el resto de las principales empresas vitivinícolas españolas, y algunas extranjeras, que han comprendido la importancia estratégica de un medio de comunicación leído por más de 150.000 personas claramente interesadas en el tema. Por todo ello, y con todos ellos, seguimos adelante. Gracias.