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La revista de vinos estadounidense Winespectator ya lo supo al día siguiente. Sobre el Borgoña se había descargado, justo en el comienzo de la vendimia, la tormenta del siglo. La noticia, que se transmitía vía Internet, hizo temer que no pudiera hablarse del Borgoña de la cosecha del 2000. Pero entonces, sorpresa a la vista: sol radiante, rostros iluminados, recolectores de urgencia que como hormiguitas estaban por todas partes entre las vides. De los problemas con el mal tiempo no se quería saber nada, ni en Puligny Montrachet ni en Nuits Saint Georges. Donde de hecho ha habido un temporal es en Borgoña. En los dos municipios de Pommard y Santenay, tanto las vides como un buen número de bodegas quedaron inundadas por las masas de barro y lodo. La cosecha no quedó afectada, y los daños causados en los cultivos de vides también se mantienen dentro de un límite, según lo confirmaba Jeanluc Boillot, presidente del sindicato de viticultores de Pommard.