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Si uno da credibilidad a los informes de prensa y a los comunicados de la casa Mondavi, entonces la campaña «Non à Mondavi» de Aimé Guibert, el colérico patrón de Mas Daumas Gassac, ha sufrido dos grandes chascos. Por una parte el concejo municipal de Aniane (a unos 30 kilómetros al norte de Montpellier) ha aprobado el proyecto de Mondavi con quince votos a favor frente a dos en contra. Al parecer también los viticultores de la zona quieren colaborar con Mondavi. La cooperativa vinícola local, que representa en torno al 80% de los viticultores, querría -y así lo dice un comunicado del Napa Valley- producir un vino propio de la clase superior junto a Mondavi. Mondavi en concreto quiere producir en Aniane, en una superficie de 50 hectáreas, un vino de clase suprema de las variedades típicas de la región (sobre todo Syrah). Según David Pearson, el director del proyecto Mondavi en Languedoc, la planificación de las explotaciones vinícolas se hace en colaboración con el movimiento de protección medioambiental local «Les Ecologues de l’Euzière». De esta forma los viñedos se dispondrán en pequeñas «islas» de cinco hectáreas cada una, para que la biodiversidad del macizo de l’Arboussas pueda mantenerse. El alcalde André Ruíz manifestó, entretanto, que no se podía hablar de una oposición real en contra de Mondavi. La campaña de Aimé Guibert, que reitera permanentemente su postura defensiva ante el gigante vinícola californiano por motivos ecológicos y de carácter político-cultural, había perdido además credibilidad, después de haberse dado a conocer por medio de rumores que el mismo Guibert había ofertado su viñedo más ejemplar, Mas Daumas Gassac, en un pasado reciente a inversores extranjeros. Y entre otras cosas también había negociado -sin obtener éxito- con Mondavi.