- Redacción
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- 2002-06-01 00:00:00
El pasado mes de abril, tuvo lugar una destacada cata en el Priorat. No se trataba sólo de una cata muy buena, dado los excelentes vinos que allá elaboran, o de un trabajo de selección, era algo muy significativo, porque aunaba ambas cosas. Se buscaba principalmente sentar las bases para tratar de establecer una Denominación de Origen «Calificada», como, al menos en teoría, debe ser. Porque el colectivo de bodegueros que integra la Denominación -especialmente los «históricos»- y el Consejo Regulador, proyectan cimentar una denominación al estilo de las francesas, el Medoc como ejemplo, sin llegar a separar los pagos como «1er grand cru», «2º cru», etc., al menos por ahora. La idea del nuevo Priorat es que haya una serie de categorías en los vinos, para que el consumidor tenga claro en todo momento lo que bebe cuando demande un vino de esta zona. El escalafón comenzaría con un vino genérico, que se denominaría Priorat. Procedería de la mezcla de la materia prima recogida en toda la D.O. Inmediatamente superior sería un «vino de municipio». Para poder llevar esa contraetiqueta, la uva debería proceder sólo de ese pueblo, por ejemplo «Gratallops». Y después, como vinos especiales, vendrían los que se denominarían «vinos de pago». Como es lógico, la uva sería en exclusiva de las cepas plantadas en ese pago: un ejemplo sería «Clos Mogador». A grandes rasgos es la idea que transmiten. Para ponerlo en práctica, se han dado los primeros pasos: una cata que reunió a los representantes de las bodegas y a unos pocos invitados, el «Master of Wine» francés Gerard Bassé; la directora de Lavinia de Barcelona, Mª Louise Banyols; el profesor de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, Canals, y Bartolomé Sánchez, de Vinum. En la parte ya habilitada de las ruinas de la Cartoixa de Scala Dei, como embrión primigenio del Priorat, se hizo la gran cata que reunía prácticamente todos los vinos que se elaboran en la actualidad. Las dificultades para establecer de qué lugar procedían los vinos eran muchas, porque hasta los mismos enólogos en algunos casos no tenían claro cuál era el suyo. El Priorat cuenta con las condiciones suficientes como para establecer unas bases sólidas y estables de calidad. Las 1.400 has. de viñedos, los apenas 2.450.000 litros de vino elaborados son cantidades en las que se puede ejercer un control serio, si los que están dentro apuestan por el factor calidad. ¿Priorats a precios elevados? Bien, pero al menos que el consumidor sepa que hay un control exhaustivo de calidad, a la altura de las mejores denominaciones de origen del mundo, pues al menos, el interés de todos es que la calidad prevalezca.