- Redacción
- •
- 2001-04-01 00:00:00
La última cosecha del milenio de la D.O. Calificada Rioja tiene todos los visos de convertirse en una cosecha récord en cuanto a producción y con un gran potencial para el envejecimiento, según fuentes del sector vitivinícola riojano. En total se alcanzaron los 432 millones de kilos de uva, que se han convertido en 310.801.915 litros de vino, descalificándose cerca de 54 millones por sobrepasar los límites amparables de producción.
El balance es muy positivo. El informe del Consejo Regulador ha destacado que incluso las uvas de los viñedos más viejos han ofrecido parámetros de calidad que permiten augurar vinos excelentes, muy aptos para el envejecimiento. Por el momento, los vinos se están sometiendo a un proceso de calificación, sobre una previsión de unas 4.300 muestras. Se van a realizar controles analíticos y organolépticos para determinar la calificación de la cosecha, cuyos resultados se darán a conocer en el mes de mayo.
Precisamente los excedentes de producción de las últimas vendimias, que están presionando a la baja el mercado interno del Rioja, han motivado a la Federación de Cooperativas de La Rioja a promover la construcción de una gran bodega para embotellar el vino excedentario y venderlo (atención, no es una broma) como «no Rioja». Este proyecto, que está siendo discutido en las asambleas de la mayoría de las cooperativas riojanas, cuenta con el visto bueno de las dos sociedades cooperativistas más importantes de la D.O. (la de Aldeanueva de Ebro y la de San Vicente de la Sonsierra), aunque la idea es integrar a todas las interesadas de las tres subzonas e incluso traspasar las fronteras de la denominación (ya existen conversaciones con otras sociedades navarras). Se trata de embotellar y comercializar vinos no sujetos a las restricciones geográficas y normativas de la D.O., precisando la construcción de una nueva bodega, de acuerdo con la normativa del Consejo que prohíbe la coexistencia de vinos ajenos a la denominación en una bodega inscrita. La iniciativa, como matizan sus promotores, «no esta reñida con la reciente medida acordada por el Consejo de limitar los rendimientos. Todos estamos de acuerdo en que hay que producir poco y bien, pero el problema es difícil de solucionarlo de la noche a la mañana». Un plan ambicioso que moverá una cantidad importante de vino.