- Redacción
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- 2001-10-01 00:00:00
Finca La Anita, la prestigiosa bodega argentina,
se presentó a la prensa especializada española en Santo Mauro, el exquisito restaurante madrileño
del barrio de Salamanca.
Es raro que los españoles exploren en otras enologías que no sean las propias. Pero la cosa está cambiando. Uno de los signos del cambio es la Vinoteca Lavinia, de espectacular diseño posmoderno, en la aristocrática calle Ortega y Gasset, con salones envolventes en acero y madera clara, donde tienen vinos de todo el mundo. También de Argentina, pero pocos. Hay un Malbec de Nicolás Catena, dos de Alta Vista, toda la línea de Luigi Bosca y un Torrontés de La Agrícola.
La encargada de las compras de vinos extranjeros incorporó los de Finca La Anita. Para su presentación viajaron dos grandes cocineras argentinas a Madrid: Connie Aldao, del restaurante Francis Mallmann en Mendoza, y, para ayudarla, Luciana López May. También viajó Emilio Garip, del restaurante Oviedo de Buenos Aires, el primer restaurante que incorporó Finca La Anita hace seis años, cuando comenzaron a comercializarse. En la comida de presentación a la prensa especializada se sirvieron como aperitivo auténticas empanadas mendocinas, con mucha cebolla y bien picantes, para acompañar el Chardonnay 1999 y el Tokai Friulano 2000, Merlot 1999, Malbec 1997 y Cabernet Sauvignon 1999. El Malbec deslumbró a los exigentes invitados entre ellos el Alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, y una de las empresarias más importantes de España: María del Mar Raventós que hacía muy poco tiempo que había visitado Agrelo para inaugurar la nueva bodega de Codorníu, un establecimiento vecino, casi pegado a Finca La Anita.
Alguien definió al Malbec como un vino para morder, y al ojo de bife, como una carne para beber.
Esta presentación es un ejemplo para todas las bodegas argentinas que intentan posicionar sus productos en el exterior. No basta con tener un representante y un distribuidor desganado, hay que transmitir una imagen global.
La irrupción mendocina en un soleado mediodía madrileño fue un éxito. Casi inmediatamente los dueños de los mejores restaurantes de Madrid decidieron incorporar el vino en sus cartas.
Cuando los argentinos visiten la capital española, cada vez más viva, brillante, sofisticada y gourmet, podrán reencontrar los mejores aromas del Malbec, alternando con los vinos de Rioja, el Priorato, Navarra y Ribera del Duero.
elisabeth@elgourmet.com