- Redacción
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- 2002-10-01 00:00:00
La Fiesta del Albariño cumple cincuenta años Las gaitas desgranan sus resonancias sobre el aire marinero de Cambados. Es la primera semana de agosto, y, como todos los años, se celebra en Cambados la “Festa do Albariño”. En su “Paseo da Calzada” el ambiente huele a fiesta, a pulpo a feira y barbacoa. El tránsito, ya desde sus aledaños, se hace casi imposible, y en las casetas donde las bodegas exponen sus productos se inicia una intensa actividad. Durante las casi dos semanas que permanece la feria se consumirán miles de botellas, e incluso algunas marcas acabarán las existencias si el vino es bueno y la producción escasa. Como riadas humanas llegan gentes de todas las rutas de Galicia, veraneantes nacionales y extranjeros, paisanos, todos los aficionados al buen vino se dan cita, y Cambados se erige en la capital del vino gallego. Vehículos de toda índole forman varios kilómetros de atasco en las carreteras de entrada al pueblo. No hay dificultad que les haga perder la paciencia a los visitantes, toman posiciones en torno las casetas, ocupan las mesas de los restaurantes, fijos y ambulantes, o simplemente alrededor de los bancos del paseo. Pero, sin lugar a dudas, el protagonista de la hermosa localidad es el Albariño. En estas jornadas se valora y discute el estilo de cada bodega, las bondades y el gusto tradicional de cada subzona. Como siempre, el “Capítulo Serenísimo do Viño Albariño” debe hacer un valioso trabajo. A él le corresponde nombrar al personaje famoso “Dama o Cabaleiro de Honra”, que se lleva a cabo en el precioso marco del pazo de Fefiñanes, ya casi a la clausura de los festejos. Este feliz panorama se repite en Cambados desde hace ya 50 años. Hace ya algunos que fue nombrada fiesta “De Interés Turístico Nacional”. Este dichoso año de 2002 ha significado un feliz acontecimiento para los vinos en la D.O.: la cosecha fue muy buena, una de las más abundantes de la historia de la D.O. Rías Baixas, con más de 11 millones de litros de vino. También se batió el récord de vinos presentados al concurso, un total de 48. Una de las muchas cosas buenas de esta competición es que siempre se descubren vinos casi desconocidos, como el ganador de este año. Una pequeña bodega del Salnés, cuyo propietario, Santos López, apenas si elabora 19.000 botellas en cada vendimia. Aún es más escasa la producción del segundo premio. La pequeña bodega Bouza de Carril produce unos 13.000 litros de Albariño. Y correspondiendo a su ejemplar regularidad, Martín Códax, ha obtenido el tercer galardón, feliz recompensa para una de las bodegas de mayor producción en Rías Baixas. Curiosamente los triunfadores de este año han sido todos de la subzona del Salnés. 1er premio: Torres de Calago 2001 2º premio: Bouza de Carril 2001 3er premio: Martín Códax 2001