Política sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).

Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.

Configuración e información Ver Política de Cookies

Mi Vino

Vinos

CERRAR
  • FORMULARIO DE CONTACTO
  • OPUSWINE, S.L. es el responsable del tratamiento de sus datos con la finalidad de enviarles información comercial. No se cederán datos a terceros salvo obligación legal. Puede ejercer su derecho a acceder, rectificar y suprimir estos datos, así como ampliar información sobre otros derechos y protección de datos aquí.

Guerra de palabras

  • Redacción
  • 2002-12-01 00:00:00

Australia y Europa discuten denominaciones como Beaujolais, Cava, Frascati, Sancerre, Saint Emilion, Vinho Verde/Vino Verde, Bordeaux Blanco, Chianti, Frontignan, Hock, Madeira, y Málaga. Borgoña, Chablis, Champagne, Claret, Graves, Marsala, Mosela, Oporto, Sauternes, Sherry y Borgoña Blanco. Australia está emprendiendo una sorda guerra con Europa sobre las palabras del vino, y no hay tregua todavía a la vista. Esta dificultad diplomática continuará hasta que un cierto compromiso se alcance entre los productores y los comerciantes australianos y europeos. Las discusiones comenzaron en 1994 y han madurado lentamente, principalmente porque la industria de vino australiana debe armonizar sus nombres del vino con seis importantes países productores de vinos europeos con opiniones diferentes, como son Francia, Italia, Alemania, España, Austria y Portugal. Las negociaciones cubren términos semi-genéricos, como Champán y Chablis, por ejemplo, y expresiones tradicionales de origen europeo, tales como Appellation Controlée, Qualitätswein, Rosso, Reserve, Amontillado, Oloroso, y Fino. Los elaboradores y los comerciantes europeos de vinos desean proteger sus «expresiones tradicionales» e indicaciones geográficas en todos los mercados. El acuerdo de 1994 sobre vinos entre Australia y UE ofreció mejorar el acceso australiano de vinos a los mercados de la UE en un intercambio con Australia que incluía la protección de los términos europeos del vino. Sin embargo, las demandas de la UE para sus expresiones tradicionales incluyen denominaciones que Australia no está dispuesta a respetar. Muchos exportadores australianos de vinos creen que las ambiciones de Europa para proteger expresiones tradicionales se fundamentan en el deseo de dar ventajas competitivas al viejo mundo, que pueden infringir directrices de la OMC. La lista europea de expresiones tradicionales que desean ser protegidas incluyen muchas que los australianos consideran palabras de uso ordinario en el idioma inglés, tales como «Vintage», «Pale» y «Ruby». Se preguntan si el intento de la UE de legislar contra el uso de términos comunes como las de gusto «Bin» y «Brut», encajan también dentro del concepto «expresiones tradicionales». Las negociaciones de Australia con la UE están siendo estudiadas detenidamente por otros productores del nuevo mundo, incluyendo los EE.UU., Chile, Nueva Zelanda y Sudáfrica, que esperan que el eventual acuerdo UE-Australia pueda ser un modelo a seguir.

enoturismo


gente del vino