- Redacción
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- 2003-06-01 00:00:00
El centro comercial madrileño Moda Shopping volverá a reunir, del 5 al 7 de junio, una selección de los mejores cavas españoles, con particular hincapié en los cavas rosados, la última tendencia en el consumo de espumosos naturales. Una cita con Frescava ideal para refrescar y celebrar la llegada del verano. Un año más, OpusWine organiza, en colaboración con el Consejo Regulador del Cava, la segunda edición de Frescava en el centro comercial Moda Shopping, donde acudirán las mejores bodegas del sector con sus cavas más selectos. Una muestra que cuenta con dos protagonistas especiales: la mujer y el cava rosado. La elaboración y comercialización del cava ha sido una tarea tradicionalmente reservada al hombre, si bien desde hace ya unas décadas la mujer ha ido ocupando puestos de mayor responsabilidad. Nombres como Mar Raventós, presidenta del grupo Codorníu, o Mª Rosa Giró, presidenta del Instituto del Cava, son algunos ejemplos del nuevo papel asumido por la mujer en el sector del cava, nombres a los que se unen los de tantas mujeres cavistas eminentes como Ernestina Torelló, Rosa Carmona, Mari Carmen Raventós, Lali Torelló y Montserrat Mascaró, entre otros. En Frescava 2003, además de las grandes empresas elaboradoras, estarán presentes los más prestigiosos cavistas artesanos. En total, 20 bodegas reunidas en la prestigiosa cita con el cava en Moda Shopping. A lo largo de las jornadas de Frescava 2003 se podrá participar en catas magistrales dirigidas por el prestigioso especialista Bartolomé Sánchez, que introducirá a los asistentes en el mundo apasionante de los espumosos naturales, y particularmente en el de los cavas rosados, protagonistas de la edición de este año. Un cóctel mágico de Ferrán Adriá Otro de los atractivos de la muestra será la presentación de «Sotaterra», un cóctel sorprendente y mágico que Ferrán Adriá ha creado especialmente para Frescava, que podrá ser degustado el día de la inauguración. Partiendo de una idea aparentemente sencilla, la unión de dos productos que nacen «bajo tierra» (eso quiere decir «sotaterra» en catalán), como son la trufa y el cava, consigue que el espumosa natural se trasforme en un sutil y complejísimo concierto de sensaciones. Como por arte de magia, el cava, al fundirse con el jugo de trufa, adquiere una profundidad aromática y un gusto envolvente que sólo alcanzan los mejores espumosos naturales del mundo tras muchos años de crianza en rima. Un envejecimiento súbito y noble que metamorfosea el cava más vulgar en un bebida sublime.