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Fiesta de La Tafeña. La llegada del vino joven herreño.
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Fiesta de La Tafeña. La llegada del vino joven herreño.
Redacción
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2003-12-01 00:00:00
Todavía se puede disfrutar de una fiesta del vino auténtica, sin que se mezclen connotaciones comerciales o turísticas. Para ello hay que ir a la hermosa isla de El Hierro. Los preparativos comienzan al menos un mes antes cuando se elige la res que se sacrificará para elaborar una gran caldereta. Una hermosa ternera criada en los pastos de las tierras altas herreñas. Más de mil kilos de «papas», 200 de cebollas o un sinfín de pimientos y tomates completarán el guiso. Las castañas nuevas estarán prestas para su asado y cocción. Ya en la bodega se ultiman los preparativos, el vino recibe los cuidados definitivos y el trasiego limpiador llena de aromas primarios el ambiente.
Llega la noche de Todos los Santos, y prácticamente toda la gente de la isla espera que el invitado de honor -un experimentado catador- dé el visto bueno al vino nuevo. Sobre una tarima se catarán los diferentes tipos, y el todavía burbujeante efebo colma los sentidos del experto sibarita, que prueba, describe y asiente con una amplia sonrisa. Será la señal para que la fiesta comience. Todo el pueblo reunido en la cooperativa comarcal se apresta a comer. Las castañas asadas colman el espacio con sus aromas de leña humeante, y, sobre todo, corre el vino, corre el vino nuevo que será degustado y disfrutado con alegría en la noche de La Tafeña.