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Álvaro Palacios no se anda por las ramas, aunque sea un experto en un árbol, el roble, cuya madera maneja con verdadero arte. A los 29 años abandona el cómodo negocio familiar, la bodega riojana Palacios Remondo, y se traslada a Tarragona donde inicia con otros enólogos audaces una auténtica revolución vitivinícola que ha convertido esta zona en una de las más prometedoras del país. Es la irrupción de los Clos, el suyo el Clos Dofi. Tintos sorprendentemente modernos, de factura impecable, perfil mediterráneo pero con carácter internacional, donde la Cabernet Sauvignon marca la impronta, acompañada por las tradicionales Garnacha y Cariñena. Al calor de esta generación de tintos se han consolidado pequeñas bodegas como la de Álvaro Palacios, con una capacidad de producción que no llega a las 50.000 botellas, pero bien dotadas técnicamente, y un soberbio parque de barricas de roble nuevo americano y francés. La uva que necesita la compra personalmente a viticultores de la zona, mediante una escrupulosa selección, posible por las pequeñas cantidades. Y así ha conseguido, en apenas siete años, que su último vino, “L’Ermita”, se codee con los más grandes, y su precio alcance valores superiores a los de Vega Sicilia. Por ejemplo, la prestigiosa revista internacional “Vinum”, en su número de Noviembre, otorga a L’Ermita del 92, cinco estrellas, la máxima calificación. Y la revista alemana “Capital” del pasado agosto reseña una cotización en el mercado de calidad de 80.000 ptas. para L’Ermita del 94.