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La idea de oficializar y controlar los vinos de mesa elaborados con uvas manchegas, embotellados en cualquier punto de España ha recibido el beneplácito de grandes grupos bodegueros. Arco, Faustino, Olarra, Freixenet, los manchegos Avilés y Solís y hasta 68 bodegas se acogen a este sistema de Indicación Geográfica para ampliar con libertad su oferta, con vinos de precio muy competitivo, sobre todo de cara a la exportación. Las empresas encaran el proyecto por líneas muy diversas. Olarra se decanta por la adquisición de viñedo en la zona, mientras Faustino se ha hecho con una bodega tradicional de Quintanar de la Orden. Diverso será también el etiquetado de los vinos, puesto que tienen libertad para indicar añada, variedad, envejecimiento o datos históricos.