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Krug: Gran Cuvée del Siglo XX El arte de ensamblar vinos
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Krug: Gran Cuvée del Siglo XX El arte de ensamblar vinos
Redacción
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2000-04-01 00:00:00
Fue una jornada inolvidable. Frente a las botellas de los distintos vinos tranquilos, Henri Krug fue explicando su personal combinación de las distintas añadas y varietales para formar la Gran Cuvée del Siglo XX. Nació el 9 de marzo y aparecerá en el mercado entre el 2005 y el 2006.
Hoy, en el año 2000, la palabra es Champagne. Al conjuro de este nombre, sinónimo de lujo y placer, se evoca el brindis más festivo. Es la bebida perfecta para la ocasión, la máxima expresión de jovialidad. Pero pocos son los que alcanzan la milagrosa perfección que convierte esta bebida espumosa en un vino incomparable, único, indispensable. Un vino que es quintaesencia de armonías aromáticas y gustativas, donde lo gaseoso y lo líquido se hermanan en una pirueta enológica difícilmente superable: la fina burbuja y el vigor vinoso, la estilizada elegancia aromática y el paladar amplio, francamente corposo. Equilibrios, armonías, ensamblajes, un camino hacia la perfección que sólo pueden recorrer unos pocos. Uno de ellos es Krug, un champagne de antología que ha mantenido en su gestión la tradición familiar. De hecho, es la sexta generación quien se ha hecho cargo de la dirección, garantizando así que lo que hizo famoso e irrepetible a Krug permanezca inalterable. Y es que existe un “taller” Krug al igual que existieron los “talleres” Breughel y Rubens. La obra de arte es su Grande Cuvée, fruto del peculiar estilo de la bodega, tan serio y riguroso como puede esperarse de un artesano genial: uvas de sus viñedos situados en los mejores pagos de Champagne; primera fermentación exclusivamente en pequeños barriles de roble; ensamblaje de Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier, procedentes de 10 cosechas diferentes, en una mezcla que otorga al vino su proverbial complejidad; luego, tras la segunda fermentación en botella, 6 años de crianza. Una alianza inolvidable entre naturaleza y alquimia. Henri Krug demostró, ante 12 periodistas procedentes de Francia, Bélgica, Alemania, Suiza, Italia, EE.UU., Brasil, Hong Kong y España, sus dotes excepcionales de ensamblador. Como siempre, Krug ha creado una sinfonía, la del nuevo siglo.