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Amorim es la sociedad corchera más poderosa del mundo. En este «holding», además del corcho cohabitan empresas de la construcción y de hostelería. Y, cómo no, seducida por el sector del vino, también forma parte del grupo una preciosa y tradicional bodega del Douro: Burmester. La firma posee tres grandes fábricas de elaboración, dos en Santa María de Lamas y otra recién inaugurada en Ponte-de-Sôr, cuyas instalaciones son las más modernas del mundo. Entre todas manufacturan nada menos que 350 millones al año, lo que convierte al grupo en el productor de una quinta parte de la producción mundial de corchos. Lo interesante es que todavía le queda tiempo para el romanticismo, para la lucha contra la erosión, la contaminación de las aguas, y poner su empeño en un cuidado especial de la naturaleza. Por ello, la factoría Amorim II acaba de recibir la certificación ISO 14.001 a escala mundial, que acoge sólo a las empresas preocupadas por el medio ambiente. Es la primera empresa del corcho que ha conseguido tan meritoria certificación.