- Redacción
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- 2001-04-01 00:00:00
DOCG significa «Denominación de Origen Controlada y Garantizada». Pero en el caso de 6,5 millones de botellas de Chianti, lo único garantizado era el fraude. Las investigaciones de la policía financiera italiana se iniciaron a principios de la primavera del año pasado, después de que la cotización del Chianti cayera de 4.000 liras/litro a 1.800, a una velocidad inexplicable. Los observadores no descartan que este hundimiento de los precios también fuera provocado por la aparición repentina de esos 5 millones de litros de Chianti falsificado a bajo precio: al fin y al cabo, se trata aproximadamente de un diez por ciento de la producción total de Chianti.
Este fraude fue una de las principales noticias de los diarios italianos el 23 de noviembre de 2000, el día después de descubrirse el fraude y, según las notas de prensa, en la Azienda Agricola Villa il Pino en Fauglia, provincia de Pisa (Toscana), hasta la primavera de 2000 se mezclaron vinos de Apulia, Sicilia y el Lazio, que allí se convertían de la noche a la mañana en Chianti y en Toscano IGT. Otra finca vinícola de la provincia de Pisa, que solamente existía sobre el papel, justificaba para la contabilidad de la empresa fraudulenta los suministros de Chianti que nunca tuvieron lugar. Provisto de sellos de control DOCG conseguidos ilegalmente, este vino fue embotellado y comercializado por las prestigiosas bodegas toscanas Bartali (Monteriggioni) y Coli (Tavarnelle Val di Pesa). Parece ser que una gran cantidad de este Chianti fue exportado a Alemania. Nueve personas han sido detenidas hasta ahora, entre ellos Bartali. Se han instruido diligencias contra varias personas, entre las que se encuentran los gerentes de la firma Coli. El responsable del control del vino italiano en Florencia nos confirmó estos datos, pero recalcó que, aparte de Coli y Bartali, no han llegado al mercado otras marcas con Chianti fraudulento.
El Sassicaia también falsificado
Simultáneamente al descubrimiento del fraude del Chianti, también fueron desenmascarados los responsables de un fraude con el Sassicaia. Tras el fraude del Sassicaia supuestamente se ocultan los mismos personajes que organizaron el fraude masivo del Chianti. Veinte mil botellas de Sassicaia de los años 1994 y 1995 serían en realidad un vino de mesa toscano normal de un productor de Colle Val d’Elsa (provincia de Siena). Además del vinicultor de Sassicaia, el marqués Nicolò Incisa della Rocchetta, también resultaron damnificados los compradores de las 17.000 botellas vendidas hasta ahora -sólo se han podido incautar 3.000- que no pudieron resistirse a la gran ocasión: en lugar de 125.000 liras, las falsificaciones costaban «sólo» 85.000 liras. El asunto se descubrió gracias a un toscano aficionado al Sassicaia, a quien esta vez no terminaba de gustarle su vino favorito. El atento y perspicaz amante del vino envió al marqués un correo electrónico, a raíz del cual se iniciaron las investigaciones.